El coste de la vida y las ganancias

Por Michael Roberts

El último informe de empleo de la OCDE es una verdadera revelación sobre la crisis del coste de la vida y sobre si han sido los aumentos de los salarios o los aumentos de las ganancias los que más han contribuido al aumento de la inflación. En cuanto a los salarios, según la OCDE los salarios reales han caído un promedio del 3,8 % en el último año en la OCDE. «Los mercados de trabajo han subido los salarios nominales, pero menos que la inflación, lo que ha llevado a una caída de los salarios reales en casi todas las industrias y en los países de la OCDE».

Las caídas varían considerablemente para cada país de la OCDE. Las mayores caídas han sido en Escandinavia y Europa del Este, donde los precios de la energía aumentaron más por la pérdida del petróleo y gas rusos, mientras que la caída en EEUU es una de las más bajas, ya que los precios de la energía, aunque han subido, no se han disparado tanto. Europa ha tenido que cambiar su aprovisionamiento de energía rusa a través de gasoductos al mucho más caro gas natural líquido (GNL) mediante transporte marítimo.

El estudio de la OCDE también revela en detalle hasta que punto y cuánto del aumento de las tasas de inflación desde el comienzo de la pandemia del COVID hasta ahora se debe a los salarios y las ganancias.

Parece que, en el promedio (no ponderado) de toda la OCDE, las ganancias por unidad de producción aumentaron alrededor del 22 % desde finales de 2019 hasta el primer trimestre de 2023, mientras que los salarios por unidad de producción aumentaron alrededor del 16 %. En algunos países, el papel de las ganancias en el aumento de los precios fue mucho mayor en comparación con los salarios: en Suecia, el 27% de las ganancias aumentan contra el 9% de los salarios, en Alemania, el 24% contra el 10%; en Austria el 23% contra el 10%.

El mayor aumento de las ganancias durante la espiral inflacionista fue en Hungría, con más del 60 %, seguida por los estados de Europa del Este, con más del 30 %. Los aumentos salariales y de beneficios por unidad de producción en los EEUU fueron aproximadamente iguales, del 14 % cada uno. Solo Portugal vio una contribución significativamente mayor de los salarios por unidad de producción (18 %) que de las ganancias (9%).

La OCDE está de acuerdo conmigo y con muchos otros en que el aumento de la inflación se inició por el aumento de los precios de los productos básicos y la energía causado por los cortes en la cadena de suministros después del final de la pandemia y que se han agravado con la invasión rusa de Ucrania.

Como dice la OCDE: «El aumento inicial de la inflación fue importado en gran medida en muchos países de la OCDE e impulsado por los precios de los productos básicos y la energía. Sin embargo, en el transcurso de 2022, la inflación amplió sus causas, con costes más altos que se transfieren cada vez más a los precios de los bienes y servicios nacionales».

No fue causada por aumentos salariales, que nunca pudieron mantener el crecimiento de la espiral de la inflación. Una vez más, según la OCDE: «La evidencia no ofrece indicios de señales de una espiral de precios-salarios hasta ahora. El crecimiento nominal se ha recuperado, pero no muestra señales claras de una aceleración significativa en todos los países. La brecha con la inflación parece estar disminuyendo en los últimos meses, principalmente debido a una lenta disminución de la inflación, pero la erosión de los salarios reales aún no se ha detenido en la gran mayoría de los países de la OCDE».

De hecho, los aumentos de las ganancias fueron un factor mucho mayor de impulso del aumento de la inflación. Las conclusiones del informe son claras: en primer lugar, los salarios reales promedio (es decir, después de la inflación) han caído en todo el mundo capitalista desarrollado en los últimos tres años; de hecho, la caída más grande y más larga en al menos 50 años. Y en segundo lugar, el principal contribuyente al aumento de los precios de los bienes y servicios durante este período ha sido el aumento de los beneficios por unidad de producción, no de los salarios, particularmente en la zona del euro. «En la zona del euro, la contribución de los beneficios ha sido particularmente grande, lo que representa la mayor parte del aumento de los precios nacionales en la segunda mitad de 2022 y el primer trimestre de 2023». En cuanto a los EEUU, la OCDE considera que: «con mercados laborales particularmente ajustados, los salarios generalmente han contribuido a los aumentos de los precios internos más que las ganancias en los últimos trimestres». Pero «la reciente contribución de los márgenes de beneficio fue mucho mayor que en los años anteriores a la crisis, pero ha disminuido en los trimestres más recientes».

Los datos de Europa y Australia muestran que el sólido rendimiento de las ganancias en 2022 no se limitó al sector energético. En el año hasta el primer trimestre de 2023, en Europa, las ganancias por unidad aumentaron más que los costes laborales por unidad en la manufactura, la construcción y las finanzas, y crecieron al mismo ritmo que el coste laboral por unidad en «alojamiento, alimentos y transporte». Del mismo modo, las ganancias por unidad aumentaron más que los costes laborales por unidad en varios sectores de Australia, incluyendo «alojamiento y alimentos», manufactura, comercio y transporte.

Por lo tanto, ¿para reducir las tasas de inflación, las empresas deberían reducir los aumentos de beneficios? Tal vez no, dice la OCDE porque «la rentabilidad de las firmas puede quedar socavada a corto plazo por una caída en la demanda debido al endurecimiento de la política monetaria y la erosión del poder adquisitivo. En este contexto, es más probable que el aumento de los costes laborales se traduzca en una reducción de la demanda de mano de obra y posibles pérdidas de empleo. En general, si bien la evidencia sugiere que hay margen para que los beneficios puedan absorber algunos ajustes en los salarios en varios sectores y países, es probable que el margen de maniobra exacto varíe según los sectores y el tipo de empresas».

En otras palabras, tratar de reducir los aumentos de precios restringiendo los aumentos de beneficios al tiempo que se permite que los aumentos salariales de los trabajadores se pongan al día podría causar una crisis en la medida que los empleadores reducen su fuerza de trabajo para detener el aumento de los costes laborales. Eso significaría un aumento del desempleo. Porque eso es lo que sucede en un sistema de producción impulsado por los beneficios.

Entonces, ¿cuál es la respuesta para que haya crecimiento económico sin que la inflación se acelere? La OCDE dice: «A largo plazo, las ganancias salariales reales sostenidas solo se pueden garantizar a través de un crecimiento sostenido de la productividad». Los países de la OCDE necesitan «aprovechar al máximo las oportunidades que ofrecen los nuevos desarrollos tecnológicos, como la Inteligencia Artificial». Hasta ahora, no hay señales de ello.

Todo Walter Benjamin

Hace 80 años, Walter Benjamin se suicidaba en la localidad de Portbou, en un viaje en el que buscaba escapar del nazismo y llegar a Estados Unidos. Hoy no es necesario «rescatar» al filósofo alemán, que es publicado y leído en diversas latitudes e idiomas. Su figura se ha vuelto un símbolo de época. Y fue esa misma época la que motivó en Benjamin una filosofía de la historia que puede leerse como un compendio filosófico del conjunto de su obra.

Walter Benjamin – Cuadros de un pensamiento. https://drive.google.com/file/d/1VoHTspcj76YqQC68y0oum64XgrPux6Hp/view?usp=sharing

Walter Benjamin – Discursos interrumpidos I. Filosofía del arte y de la historia. https://drive.google.com/file/d/1GRySzFraxSLHKl7EaYOGc7bFFdHYqw0o/view?usp=sharing

Walter Benjamin – El París del segundo imperio en Baudelaire. https://drive.google.com/file/d/1c98vq1zPalO0pgFT4QhNN0j4brYj9UO2/view?usp=sharing

Walter Benjamin – Brecht. Ensayos y conversaciones. https://drive.google.com/file/d/1vaVxaxhoL8WdJT-FMf9X14uiLXIAJJxw/view?usp=sharing

Walter Benjamin – Calle de sentido único. https://drive.google.com/file/d/1jcg_15N3-zbQDzxMfbrhpjrMnZmC2u1-/view?usp=sharing

Walter Benjamin – Cartas de la época de Ibiza. (Versión de Germán Cano). https://drive.google.com/file/d/1lVK7FSK2vFKbsuD0mj7JfzjYC4rFq6cK/view?usp=sharing

Walter Benjamin – Conceptos de filosofía de la historia. https://drive.google.com/file/d/1NTAutctYxmyJNJzxly7-kGjIJGCVEi9E/view?usp=sharing

Walter Benjamin – Crisis de la novela. Sobre «Berlín Alexanderplatz» de Doblin. https://drive.google.com/file/d/1N2yn0xHMjBlaTElwdQVDZ8wzqiXXMLPs/view?usp=sharing

Walter Benjamin – Es necesario recuperar la historia de los vencidos para redimir su sufrimiento y transformar el presente. (Colección Aprender a Pensar). https://drive.google.com/file/d/1OtdM3zXWcSryS6UiNUYhlurai5hmdUnH/view?usp=sharing

Walter Benjamin – Atlas. Walter Benjamin. Constelaciones. (Consorcio del Círculo de Bellas Artes). https://drive.google.com/file/d/1kweeWEAdjSFjRRrIS-W7MGhWLtBRu8Qs/view?usp=sharing

Walter Benjamin – Desembalando mi biblioteca. https://drive.google.com/file/d/149u1En0xMmtnFOwjVBov52yV-PKWv9u-/view?usp=sharing

Walter Benjamin – Desembalo mi biblioteca. El arte de coleccionar. https://drive.google.com/file/d/1JpzUZjrjxpWNM07mxkKKviagnorysAH9/view?usp=sharing

Walter Benjamin – Detective y régimen de la sospecha. https://drive.google.com/file/d/1N7emzNnno29mL89NrJi60kBNS9mq8hxM/view?usp=sharing

Walter Benjamin – Diario de Moscú. https://drive.google.com/file/d/1si2Nx5JHEIqtboSSh04cwf7NAoC22Lct/view?usp=sharing

Walter Benjamin – Diario de Moscúhttps://drive.google.com/file/d/1KZlpA2bxZqLxnJjikjztTI7WWgOgajFO/view?usp=sharing

Walter Benjamin – Dirección única. https://drive.google.com/file/d/1KX-mWGS_U6Ul4HCzd-6OKEP1XkaI-lqI/view?usp=sharing

Walter Benjamin – Dirección única. https://drive.google.com/file/d/1JhGx7KUrGpStZzTHXpAeuM1KBPuVCpHA/view?usp=sharing

Walter Benjamin – Dirección única. https://drive.google.com/file/d/1LfBL9kRx2-Y7YOtKkoGgT5P1rYU18HB4/view?usp=sharing

Walter Benjamin – Doctrine of the Similar (1933). https://drive.google.com/file/d/13AdgkEYbiDNrRoIcADS52OBUtImyVEjE/view?usp=sharing

Walter Benjamin – Documentos de cultura. Documentos de barbárie. https://drive.google.com/file/d/1JAkb2ddx6Yjht1zmADaxmKe6UYCl5rGi/view?usp=sharing

Walter Benjamin – Dos ensayos sobre Goethe. https://drive.google.com/file/d/1GszZKlecUSqDwoKYraCpP7pYVBr5qnM2/view?usp=sharing

Walter Benjamin – Dos ensayos sobre Goethe. https://drive.google.com/file/d/1LdF3fQQhk609OcWB60Dcw39d7f7LFTLx/view?usp=sharing

Walter Benjamin – Dos iluminaciones sobre Kafka. https://drive.google.com/file/d/1HmSnaDaOwHIRTmEoqVZu1QQNc39724L2/view?usp=sharing

Walter Benjamin – El autor como productor. https://drive.google.com/file/d/168bV1Pe19XGzyqUKW1pBnUXY6Gg_pJVM/view?usp=sharing

Walter Benjamin – El autor como productor. https://drive.google.com/file/d/1JolW8IxB9_fDnVspWuTJycznd2Clooi6/view?usp=sharing

Walter Benjamin – El autor como productor. https://drive.google.com/file/d/1Ktof0qJSDUMES_NMnCX3r8w3eUzpuvJ6/view?usp=sharing

Walter Benjamin – El capitalismo como religión. https://drive.google.com/file/d/1tfMeRWm5xHkHGF09fTHZTo9qCiky8UE1/view?usp=sharing

Walter Benjamin – El carácter destructivo. https://drive.google.com/file/d/1j9d-SqrawkN5NofiZLtEcZnmvn0EW6_F/view?usp=sharing

Walter Benjamin – El concepto de crítica de arte en el romanticismo alemán. https://drive.google.com/file/d/1JUZz1y_DNu-AuiPgbvVVXyncXVp2iG1x/view?usp=sharing

Walter Benjamin – El Fláneur. https://drive.google.com/file/d/1nOxKQ_pcghHxQOrklphmIdqojQBWMnQV/view?usp=sharing

Walter Benjamin – El narrador. https://drive.google.com/file/d/1dbnEanvZX_gDyvy48hysu1nouYsOKlbW/view?usp=sharing

Walter Benjamin – El narrador. https://drive.google.com/file/d/1LBsVW7ztG3l3hJpdZuqv3PYkbd2tHTKi/view?usp=sharing

Walter Benjamin – El narrador. https://drive.google.com/file/d/1MtsfdOXNb24AJseEMRbC7vaQUsYG39ek/view?usp=sharing

Walter Benjamin – El origen del Trauerspiel alemán. https://drive.google.com/file/d/1Fm349_MF1iPMWNA8qri8MoqQJWLgKaLr/view?usp=sharing

Walter Benjamin – El origen del drama barroco alemán. https://drive.google.com/file/d/1-wTvH0rtWSV-FPxq_1xzUMVkDhczxmrT/view?usp=sharing

Walter Benjamin – El París de Baudelaire. https://drive.google.com/file/d/1U9LApXTikjMRzyEeJyFmCDNO-NdZ6qSx/view?usp=sharing

Walter Benjamin – El París de Baudelaire. https://drive.google.com/file/d/1KXXnVyxOQteHQ1WJyFUnFPmdJCoQe7Dx/view?usp=sharing

Walter Benjamin – El París de Baudelaire. https://drive.google.com/file/d/1LXTrql6c9fC9RGU8SFWV1OlYJaqBIxXA/view?usp=sharing

Walter Benjamin – El surrealismo, la última instantánea de la inteligencia europea. https://drive.google.com/file/d/13T9yPE8CHzL9S5C4Zfq5KJAf_GO8I72x/view?usp=sharing

Walter Benjamin – Ensaios reunidos: escritos sobre Goethe. https://drive.google.com/file/d/1MhB0aIG50_cx8kugjcJ1EmgjzF7wmnZK/view?usp=sharing

Walter Benjamin – Ensayos escogidos. (Selección y traducción: H. A. Murena). https://drive.google.com/file/d/1jEEx9vzu0dQGn8XMJP0B8Q

Walter Benjamin – Escritos sobre hachís. https://drive.google.com/file/d/1Pq4rYetS19iGlXkCtOfpKZVk0E2Q5ECl/view?usp=sharing

Walter Benjamin – Escritos. La literatura infantil, los niños y los jóvenes. https://drive.google.com/file/d/1HMFNCUCrYhoXiQQQtgYrObZ-gtfaEWok/view?usp=sharing

Walter Benjamin – Experiencia y pobreza. https://drive.google.com/file/d/1C5I7NKFc8xBb8O-z6_-w0q45Xn_VSOs7/view?usp=sharing

Walter Benjamin – Franz Kafka. https://drive.google.com/file/d/1BAmsOeOjwA_d1YoF8ONDzVjqO8SKLjHd/view?usp=sharing

Walter Benjamin – Haschisch. https://drive.google.com/file/d/1jQ4pagNqxCmkHCt0lwmCG-X4GXOpzEJL/view?usp=sharing

Walter Benjamin – Haschisch. https://drive.google.com/file/d/1J6f0M8MBmVrYKu3XMjxfLzibJYOdyeg9/view?usp=sharing

Walter Benjamin – Historias desde la soledad y otras narraciones. https://drive.google.com/file/d/1Xa0wFOgFcrn_p58DRXmD0bN_nQR8aGh6/view?usp=drivesdk

Walter Benjamin – Historias verdaderas de perros. https://drive.google.com/file/d/1YZt-vlr1tAd_plFFb_t1LR5YmQI9YDC2/view?usp=sharing

Walter Benjamin – Illuminations. https://drive.google.com/file/d/1qna8h8_b8otenVXdA8Po11xA0UfcNmwI/view?usp=sharing

Walter Benjamin – Iluminaciones II. Baudelaire. Poesía y Capitalismo. https://drive.google.com/file/d/1wfL6KPvfHm5gbYooJZ8F6YquojXcGLvN/view?usp=sharing

Walter Benjamin – Iluminaciones II. Baudelaire. Poesía y Capitalismo. https://drive.google.com/file/d/1K0BQO-ukyewWp5_AVVmnbysjItGHRtBG/view?usp=sharing

Walter Benjamin – Iluminaciones IV. Para una crítica de la violencia y otros ensayos. https://drive.google.com/file/d/1Ti9W4b4fjrS1n-rI-sNIBU3SQEw1P5fz/view?usp=sharing

Walter Benjamin – Iluminaciones. https://drive.google.com/file/d/1olkqcjycQSUSDLJATw2CTKi-Khr0SsYD/view?usp=sharing

Walter Benjamin – Infancia en Berlín hacia 1900. https://drive.google.com/file/d/1XjVl2jlXVzRHuOIEaAqMwiQenVjr4Crn/view?usp=sharing

Walter Benjamin – Infancia en Berlín hacia 1900. https://drive.google.com/file/d/1LJBHsNIsEYU_KJg7mMv8HW8SDck93fU9/view?usp=sharing

Walter Benjamin – Informe de 1940 sobre la situación literaria francesa. https://drive.google.com/file/d/1cCL5UUrKhtHU1oVhvC-xadYY4qnbByrV/view?usp=sharing

Walter Benjamin – Juguetes. https://drive.google.com/file/d/1DllLql0TeKnMPpJb3IAY7gh263jco5hJ/view?usp=sharing

Walter Benjamin – Juicios a las brujas y otras catástrofeshttps://drive.google.com/file/d/1q_zM-MoB0V3V3v2mgNvR4GQM077MDu-4/view?usp=sharing

Walter Benjamin – Junto a la chimenea. https://drive.google.com/file/d/1wy1mTfU_-qscpQx0Jalw-s6svUYm9CJK/view?usp=sharing

Walter Benjamin – Kafka. https://drive.google.com/file/d/1I55Q_TvvZribAKUPcSLwXdt37-9y5C9-/view?usp=sharing

Walter Benjamin – La dialéctica en suspenso. Fragmentos sobre historia. (Traducción, introducción, notas e índices de Pablo Oyarzún Robles). https://drive.google.com/file/d/1xdcXDaz69NLrgrxNQIOviX8qzsA3fNMS/view?usp=sharing

Walter Benjamin – La obra de arte en la época de su reproductibilidad técnica. https://drive.google.com/file/d/1JdzPv3R8pY66gRD6O4cHFOwZ-H8mKFyD/view?usp=sharing

Walter Benjamin – La obra de arte en la época de su reproductibilidad mecánica. https://drive.google.com/file/d/1JsFT0Sgs6Uc7JpazXDhXRoonevbaLkqo/view?usp=sharing

Walter Benjamin – La obra de arte en la época de su reproductibilidad técnica. https://drive.google.com/file/d/16MFOjURbhL03ZLcImKpm2Z765I6mq1Ci/view?usp=sharing

Walter Benjamin – La obra de arte en la época de su reproductibilidad técnica. https://drive.google.com/file/d/1JSx-gxjtAShGDJOlvMkHw4543yVlUzwD/view?usp=sharing

Walter Benjamin – La tarea del traductor. https://drive.google.com/file/d/1GkAZBTGBk6WLwr6ihuZDVFr_lc0r_xAf/view?usp=sharing

Walter Benjamin – La tarea del traductor. https://drive.google.com/file/d/1LMSyV8ddNKHIcWy8Lk7iAcanYwDiJoSH/view?usp=sharing

Walter Benjamin – La vida de los estudiantes. https://drive.google.com/file/d/1DotyTEyy6UNAPhst63n12n081kBs6tbR/view?usp=sharing

Walter Benjamin – Libro de los Pasajes. https://drive.google.com/file/d/1ybfA6oXxYqLcnbXzJuJCx02klov8VZr6/view?usp=sharing

Walter Benjamin – Magia e técnica, arte e política. Ensaios sobre literatura e história da cultura. Obras escolhidas v. 1. https://drive.google.com/file/d/1V201Nj70thbG8sjceGia8h8VYsHme5xo/view?usp=sharing

Walter Benjamin – Melancolía de izquierdas. Sobre el nuevo libro de poemas de Erich Kästner (1931). https://drive.google.com/file/d/1eLPMX8XUiW7W0ja0zYM8aSMTlcnsA1M0/view?usp=sharing

Walter Benjamin – Metafísica de la juventud. https://drive.google.com/file/d/1N-S8jArw3ypAygJBPMN5P2A1jJcOKyy9/view?usp=sharing

Walter Benjamin – Mickey Mouse. https://drive.google.com/file/d/1JZu60Fm0thBckQ6pLl12TtLacogeaxNY/view?usp=sharing

Walter Benjamin – Notas sobre los cuadros parisinos de Baudelaire. https://drive.google.com/file/d/1LFnHEHBOUCZ47zDgT_XfxtuzGBvXNBNW/view?usp=sharing

Walter Benjamin – Obras (Libro I, Vol. 1). https://drive.google.com/file/d/1cuB5th46rb5EIGAe4_ZbahVvbPZ_4m2d/view?usp=sharing

Walter Benjamin – Obras (Libro I, Vol. 2). https://drive.google.com/file/d/1s0XyaU-XZ0W5QSCY3WLzS2ouvsQwwVa5/view?usp=sharing

Walter Benjamin – Obras (Libro II, Vol. 1). https://drive.google.com/file/d/13t7hzChhhGS7rxunM7eCmVW_lMFQ5sJM/view?usp=sharing

Walter Benjamin – Obras (Libro IV, Vol. 2). https://drive.google.com/file/d/1iygfcCvdDXyO1hEHVIv51WvsiMqetut6/view?usp=sharing

Walter Benjamin – On the Concept of History. https://drive.google.com/file/d/1tReEGFx0mbOWceBaeAqC-LAVf5mlb7_Z/view?usp=sharing

Walter Benjamin – On photography. https://drive.google.com/file/d/1BmTEcqpS73-CqcfhkQ41tHXppoRz7uQG/view?usp=drivesdk

Walter Benjamin – One way street. https://drive.google.com/file/d/1Blxe0LgTPTDXvxYQBQT-4NbtA2zUggAW/view?usp=drivesdk

Walter Benjamin – Onirokitsch, 1925. Glosa sobre el surrealismo, publicado en “Walter Benjamin y el surrealismo”. https://drive.google.com/file/d/1U4yueStueDIZ-5-9MDyiAVfRdMcuYJRG/view?usp=sharing

Walter Benjamin – Opere Complete. I «passages» di Parigihttps://drive.google.com/file/d/10yaCnY6fGBr-PfQlrc0T7bUgMGn4DH-6/view?usp=sharing

Walter Benjamin – Para una crítica de la violenciahttps://drive.google.com/file/d/1xL90ttxooMqtzB8wM3bBvKERziHgZRLT/view?usp=sharing

Walter Benjamin – Paris – Capital of the Nineteenth Century. https://drive.google.com/file/d/1FIQvWS1oY4NVmdjbPRhoPd-aoToczTHC/view?usp=sharing

Walter Benjamin – París, capital del siglo 19 (extracto). https://drive.google.com/file/d/1tIR078vZ7eOFyIMegq0WjmyXQDfTrBQ4/view?usp=sharing

Walter Benjamin – Passagens. https://drive.google.com/file/d/1N6MXJHCS1pGCnpUzlC4MudYx8Fg6JRSd/view?usp=sharing

Walter Benjamin – Pequeña Historia de la Fotografía. https://drive.google.com/file/d/1zNsInbkcRBuCpBuZywR44wfcOhX28hzF/view?usp=sharing

Walter Benjamin – Radio Benjamin. (Edición de Lecia Rosenthal). https://drive.google.com/file/d/1gRuxRCR8GwCH0AIKgUPnFbwizmLegbGR/view?usp=sharing

Walter Benjamin – Reflections. Essays, aphorisms, autobiographical writings. https://drive.google.com/file/d/1BVycbWr_uZ_gDtZ17NyxV_bQiY68AFmF/view?usp=drivesdk

Walter Benjamin – Reflections. Essays, aphorisms, autobiographical writings. https://drive.google.com/file/d/1c91bTDYsi5xOIygFVef0chkQJzn1930-1940L0-Yy/view?usp=sharing

Walter Benjamin – Rua de mao única. Obras escolhidas v. 2. https://drive.google.com/file/d/1zF_tqsarsBSijSJm-EUbAoh18GkyB_e6/view?usp=sharing

Walter Benjamin – Selected Writings, Volume 1, 1913-1926. https://drive.google.com/file/d/1NSo9TxZ3OY-7QXO6t-HkMxlBJn2Niz1y/view?usp=sharing

Walter Benjamin – Selected Writings, Volume 2, Part 1, 1927-1930. https://drive.google.com/file/d/1MxAFh_sbPA_HKWFVuy-48z_g-axmepqj/view?usp=sharing

Walter Benjamin – Selected Writings, Volume 2, Part 2, 1931-1934. https://drive.google.com/file/d/1N7SkPEauyBVXyjFo1yb9tDnjQm4nva5N/view?usp=sharing

Walter Benjamin – Selected Writings, Volume 3, 1935-1938. https://drive.google.com/file/d/1MyKu_sK3asPG_cI5AK2mCvZb3bZt1XV7/view?usp=sharing

Walter Benjamin – Selected Writings, Volume 4, 1938-1940. https://drive.google.com/file/d/1MuN2RUoUE5qR6TYvWUySg9zrIDKeM2d6/view?usp=sharing

Walter Benjamin – Sobre algunos temas en Baudelaire. https://drive.google.com/file/d/1G76FkNC8Bf3iwaHJEG_0CpOCx_tkMO3n/view?usp=sharing

Walter Benjamin – Sobre el programa de la filosofía venidera. https://drive.google.com/file/d/1v9Ob1BRgPqNLz7wNkkAblk1RZuLQsYhi/view?usp=sharing

Walter Benjamin – Sobre la fotografía. https://drive.google.com/file/d/12S9RJUF0CHWEY0L0lEUug41EW9IHKEla/view?usp=drivesdk

Walter Benjamin – Sonnette – Sonnets. https://drive.google.com/file/d/1JbylBsK3JSe5DtJ5yL_KJcGfUvzRrmwJ/view?usp=sharing

Walter Benjamin – Sueños. https://drive.google.com/file/d/1T0vM1GhNThUHSl-r0M5fimM8l8mekfLN/view?usp=sharing

Walter Benjamin – Tek Yon. https://drive.google.com/file/d/1Nj_i5MXd-8VWTdKcatdc61u9cfDBmU1S/view?usp=sharing

Walter Benjamin – Tentativas sobre Brecht. https://drive.google.com/file/d/1-Jzs1witIdh7ku0Fi0hRAcdLI3UUcI12/view?usp=drivesdk

Walter Benjamin – Tesis de filosofía de la historia (1940). https://drive.google.com/file/d/1r2ePyHlMZ3nABclTOTMqDNc2v2RWDFut/view?usp=sharing

Walter Benjamin – Tesis sobre la historia y otros fragmentos. (Edición y traducción de Bolívar Echeverría). https://drive.google.com/file/d/19SCPB8DPNWy6dbTeRfLZYObSpnKcne99/view?usp=sharing

Walter Benjamin – Tesis sobre la historia y otros fragmentos. https://drive.google.com/file/d/1LhyXv0PeIVuqL0kHVq9qwM1G8zGtHaAv/view?usp=sharing

Walter Benjamin – The correspondence of Walter Benjamin, 1910-1940. https://drive.google.com/file/d/1NSiKlVsoGZRu-a7vvGiQN6YUdVWlB9Z-/view?usp=sharing

Walter Benjamin – The origin of German tragic drama. https://drive.google.com/file/d/15th73KfjWCc4UEh6uXcQYzFI0ceOT7D4/view?usp=sharing

Walter Benjamin – The Storyteller: Reflections on the works of Nikolai Leskov. https://drive.google.com/file/d/1MStfXva9NYLm7LQ6QxQNBivry0PgiVPv/view?usp=sharing

Walter Benjamin – The storyteller essays. https://drive.google.com/file/d/1BfiN5TP_hEBQIQGpWeUi-e3iM88vN–P/view?usp=drivesdk

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Daniel Lesmes – La vida en juego: estética e historia en Walter Benjamin. https://drive.google.com/file/d/1HTR5MC_yFUL7lsPlFbGIFSOBAWxfWuTb/view?usp=sharing

Daniela Szpilbarg y Ezequiel Saferstein – El concepto industria cultural como problema: una mirada desde Adorno, Horkheimer y Benjamín. https://drive.google.com/file/d/1DhOMVhYJDYP3m65ved4aZfW4-VU1rY3Y/view?usp=sharing

Diego Gerzovich – Walter Benjamin y el lenguaje de la técnica. Ensayos de lectura de los textos sobre arte, fotografía y cine de Walter Benjaminhttps://drive.google.com/file/d/1y5ZlsiWplm6uLxhLCc8G-udBYxuAlg4t/view?usp=sharing

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David Viñas Piquer – Historia de la crítica literariahttps://drive.google.com/file/d/1zlUB3vDcy9-dLlwVQMhB-wSctMcbiqC2/view?usp=sharing

Eduardo Cadava – Trazos de Luz. Tesis sobre la fotografía de la historia. https://drive.google.com/file/d/1HkezddmKdulDqGgQ42L8w_RIO9vkZ0QO/view?usp=sharing

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Eduardo Subirats – Walter Benjamin: de la reproducción técnica al espectáculo. (Revista Estudios). https://drive.google.com/file/d/1mUT86xQNqRg3e3wbZPZmGet4MGswCCDp/view?usp=sharing

Elizabeth Collingwood-Selby – Walter Benjamin: La lengua del exilio. https://drive.google.com/file/d/1WMxGkGiNQobXk08izEed_V7WztYXK3Jw/view?usp=sharing

Enzo Traverso – Cosmópolis. Figuras del exilio judeo-alemán. https://drive.google.com/file/d/1ppjZZgHABnsKPbtGTlwvmO7zaNlijyTA/view?usp=drivesdk

Erich Auerbach & Walter Benjamin – Correspondencia (1935 – 1937). https://drive.google.com/file/d/1qUe7H45Fs9wGYszTDGi-_0hf4qpLTsKb/view?usp=drivesdk

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Esther Cohen Dabah – Walter Benjamin. Dirección múltiple. https://drive.google.com/file/d/12eLe1j0UBPsW6iIbS_c-WNcedkdRmxCn/view?usp=sharing

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Eugene Lunn – Marxismo y Modernismo. Un estudio histórico de Lukács, Benjamin y Adorno. https://drive.google.com/file/d/1EOKWSd-VN-OtUhO39s60YVn4NYMtUV3y/view?usp=drivesdk

Eva Natalia Fernández – La transformación del aura benjaminiana. Un encuentro con la imagen. https://drive.google.com/file/d/1I7IeTB1i1HO6aAWAasC4F_OYdHhZCmKY/view?usp=sharing

Felipe Eduardo Roco Zúñiga – Lecciones para mirar y ser visto. Walter Benjamin y el concepto de aura. https://drive.google.com/file/d/1Il8zjmJ99iCVQkrHIjm-f8drdN74aoIe/view?usp=sharing

Fernando Bruno – Experiencia y mito en la teoría estética de Walter Benjamin. https://drive.google.com/file/d/1IyxVJKl8AssMpB_zkdpQ6Kxh91YfUlSN/view?usp=sharing

Fernando Cabrera Parra – La utopía del anarquismo en México. Repensar las ideas libertarias a través de imaginarios, experiencias y constelaciones. https://drive.google.com/file/d/1LhBd5PtAwEjABHb7ehBlx1wruP56Hnux/view?usp=sharing

Frances Cannon – Walter Benjamin reimagined: a graphic translation of poetry, prose, aphorisms and dreams. https://drive.google.com/file/d/1Hc0DaK3GovxAt68vVN07quqXHf-CjIon/view?usp=drivesdk

Francisco Naishtat, Enrique G. Gallegos y Zenia Yébenes – Ráfagas de dirección múltiple. Abordajes de Walter Benjamin. https://drive.google.com/file/d/1qorhJvEhU173CezeLDUZvUtR91V_cjMq/view?usp=sharing

Francisco Pérez Porcel – Transformadas de la percepción. Antropología del paisaje en Pasajes de Dani Karavan en Portbou. https://drive.google.com/file/d/1yYHfKETrubZZu0hQRVxgPdX6q5bWNxGe/view?usp=sharing

Florencia Abadi – Conocimiento y redención en la filosofía de Walter Benjaminhttps://drive.google.com/file/d/1SwDCBpmKKQ45w11unJvVyB3uu5n_gwez/view?usp=sharing

Florencia Abadi – Mímesis y terror. https://drive.google.com/file/d/1j0kNvRjSS0QbX7dMhiAUttkhOdoByd7L/view?usp=drivesdk

Fredric Jamenson – The Benjamin Files. https://drive.google.com/file/d/174ZU-v5zLAlenbq-9c9aGcXpRTF_s2fC/view?usp=sharing

Gabriel Amengual – Ruptura de la tradición. Estudios sobre Walter Benjamin y Martin Heideggerhttps://drive.google.com/file/d/1ZFWvIW9-odC18fx9QGPBUv5MWXohGfZv/view?usp=sharing

Garikoitz Gamarra Quintanilla – Trauma de fundación. Ciudad, estética y cine alrededor de Walter Benjaminhttps://drive.google.com/file/d/11W7bDhQIy7SQTWfxQGPQOcsfpo3ccKt_/view?usp=sharing

Gershom Scholem – Los nombres secretos de Walter Benjamin. https://drive.google.com/file/d/14h5AlillPILX2sKrPo4E5d31rHT4jx9W/view?usp=drivesdk

Gershom Scholem – Walter Benjamin y su ángel. https://drive.google.com/file/d/1XFIB_WqiFMLLQmU5u8cTqygY0NNogjKP/view?usp=drivesdk

Gershom Scholem – Historia de una amistad. https://drive.google.com/file/d/173pU2PjVSa0l7PjHmqppgay5AX5YbWSH/view?usp=sharing

Gershom Scholem (Edición) – Walter Benjamin Correspondencia (1933-1940). La dicha de enmudecer. https://drive.google.com/file/d/1EdAbT1lWUnZjz1K6XGgk2jyvDaKJmaoW/view?usp=sharing

Graeme Gilloch – Walter Benjamin. Critical Constellations. https://drive.google.com/file/d/1oeyT0hMLxYnK9R1niYQ5a4pnhpOGPjRh/view?usp=sharing

Guido Vespucci – Despertar del sueño: Walter Benjamin y el problema del shock. https://drive.google.com/file/d/1U841JHPaKebpbQDK1oGE1Tp4DYjIg-NZ/view?usp=sharing

Hanna Arendt – Hombres en tiempos de oscuridad. https://drive.google.com/file/d/1ydEyNc4MG7WuyY5ei1HG4S_XIFUsjCk5/view?usp=sharing

Howard Eiland y Kevin McLaughlin – The Arcades Project. Walter Benjamin. https://drive.google.com/file/d/197Zf2wVYQMscIqIMCOwbJ93PzwtXlg11/view?usp=sharing

Howard Eiland y Michael W. Jennings – Walter Benjamin. A critical life. https://drive.google.com/file/d/1IczoNBxddCN-HXhgPvRb72uJe6hU6rVA/view?usp=sharing

Hugo Felipe Idárraga Franco – Sensorium e Internet. Una aproximación al fenómeno tecnológico desde la obra de Walter Benjamin. https://drive.google.com/file/d/1Ir8sxW3HNyvTqjeL-MODPk4zjrL3GZGn/view?usp=sharing

Ignacio Alejandro Ramos Rodillo – Experiencia y experiencia histórica en Walter Benjamin. https://drive.google.com/file/d/1ImbysHVLakpgHPWXm7HDH3f7bAH2I7kC/view?usp=sharing

Ilit Ferber – Philosophy and melancholy. Benjamin’s Early Reflections on Theater and Language. https://drive.google.com/file/d/1ri53fkyg_a2sii-8dB1XP7kXPSbUByny/view?usp=sharing

Irene López Martínez – Paseos a Contra-Tiempo: Sophie Calle, W. G. Sebald y Robert Smithson. Caminantes con Ecos de Walter Benjamin. https://drive.google.com/file/d/18IA8729TU_Jq01pcW3GExReuMSxHRCdQ/view?usp=sharing

Jaeho Kang – Walter Benjamin and the media. The spectacle of modernity. https://drive.google.com/file/d/1BzPpsJvymNqHQWxRqJb5bvd1TGTmXzii/view?usp=drivesdk

Javier Sigüenza – El enigma de Walter Benjamin. https://drive.google.com/file/d/1qJmwhcMjadeWtUecLKnAqT9Jkn8uBg3Q/view?usp=sharing

Javier Sigüenza – Walter Benjamin ante las vanguardias. https://drive.google.com/file/d/1re8dNXT_OwolCY_Yi10bnT-e91OKRswO/view?usp=sharing

João Barrento – Limiares sobre Walter Benjamin. https://drive.google.com/file/d/1BbHy7x7U5wyX0h7Uz6SRfTCA8PkppHdP/view?usp=drivesdk

Johnatan Eduardo Díaz Rubio – Descripción de la semejanza concepto e imagen en la IX tesis de filosofía de la historia de Walter Benjamin. https://drive.google.com/file/d/1cw8Q1CBuEa7JYIE9Q2jg10D2YM5tfqGr/view?usp=sharing

Jorge Humberto Correa Díaz – Autenticidad y empobrecimiento de la experiencia en Walter Benjamin. Historia, lengua y educación. https://drive.google.com/file/d/19ALQiIRj48aB1xNLX2ZtOOG3nH7Av-WI/view?usp=sharing

Juan Felipe Urueña Calderón – El montaje en Aby Warburg y Walter Benjamin. Un método alternativo para la representación de la violencia. https://drive.google.com/file/d/1GvjbIZHyeivoayww5-UhtNiUWob1dzm2/view?usp=sharing

Juan Manuel Fernández Sánchez – Actualización del pasado y suspensión del progreso. Una lectura de las tesis sobre el concepto de historia de Walter Benjamin articulada en dos colisiones. https://drive.google.com/file/d/1IphxMMoP5G0CKAS-kBLjoqs0AYhNXSZy/view?usp=sharing

Judith Butler – Walter Benjamin y la crítica de la violencia. https://drive.google.com/file/d/1HXaWKqkFfjRfFuD7k3EfmBz6Ev8f1NZ7/view?usp=sharing

Juliane Bambula Díaz – Angelus Novus. Paul Klee y Walter Benjamin. Del arte a la filosofía. https://drive.google.com/file/d/1iKoubeBjF8D4EhgGr1ZeKiKKk6MEVyVs/view?usp=sharing

Julio Alejandro Paez – El pensamiento filosófico desde la marginalidad intelectual. Las identificaciones marginales del discurso benjaminiano. https://drive.google.com/file/d/1HgaJa0FyF2yw4pVN10mpRLGm_xVpXd1V/view?usp=sharing

Kia Lindroos – Now-Time, Image-Space. Temporalization of politics in Walter Benjamin´s philosophy of history and art. https://drive.google.com/file/d/1D5cSpcrmJn-BmEMkiQPtKQ06VQuP7OFl/view?usp=sharing

Lluís Ballester y Antoni J. Colom – Una cata en la biografía de Walter Benjamin. https://drive.google.com/file/d/1HpB0EQIhHU0E_0xpxlP5xJ2UCBd0KaCo/view?usp=sharing

Lorena Acosta Iglesias – Paralelismos entre Ernest Bloch y Walter Benjamin… https://drive.google.com/file/d/1U9gHIe3RGvNgfHFEhMplS6zAtkK58xn7/view?usp=sharing

Lucía Pinto – “La política como una cuestión de fe. Max Weber y Walter Benjamin ante el capitalismo y el derecho moderno”. https://drive.google.com/file/d/1cfdbVKzNNXlaNnZsTRur17JKk1yoGqee/view?usp=sharing

Luis Eduardo Hernández Gutiérrez – La escritura filosófica de Walter Benjamin. https://drive.google.com/file/d/1Kz0h0H_WQ0FQi52L_ZB6CPZm_yXBgzQH/view?usp=sharing

Luis Ignacio García – La crítica entre culturas. Estética, política, recepciónhttps://drive.google.com/file/d/1ONEP7UFFo3JOKRwKLdnPvwLS9YXit5yc/view?usp=sharing

Magali Marlen Maruf Martínez – Excavar y recordar. Una reflexión en torno a las Tesis sobre el concepto de historia de Walter Benjamin. https://drive.google.com/file/d/1wHdKL22fx7KW8ejfbBHzjg5mtr4WAasQ/view?usp=sharing

Magalí Paula Milmaniene – La tradición mesiánica judía y la influencia de Gershom Scholem en la obra de Walter Benjamin. https://drive.google.com/file/d/1kDfS5B4j4tQMiGR8_b2oLibs9KA7MONn/view?usp=sharing

Manuel-Reyes Mate R. – Medianoche en la historia. Comentarios a las tesis de Walter Benjamin «Sobre el concepto de historia». https://drive.google.com/file/d/1OICVzHPZUUSLOfEk39q4Ml1-aF7gT_pJ/view?usp=sharing

Marcos de Miguel García – Theodor W. Adorno y Walter Benjamin. Una crítica compartida. https://drive.google.com/file/d/1YPHAvbgFz80P4C42Nx7zIphmmuGVP1nA/view?usp=sharing

María Belforte – Política de la embriaguez. Infancia, amor y muerte en el proyecto político de Walter Benjamin. https://drive.google.com/file/d/1Hk2-lDWXgIyFpf89uMBawHFsgMkRdQ1g/view?usp=sharing

Martin Emilio Porta – “Perspectiva inconclusa”. Un acercamiento entre epistemología y comunicación desde Walter Benjamin. https://drive.google.com/file/d/1oBtBqt9PX9CG-V45o6Jhd9n839Q71eIC/view?usp=sharing

Máximo Andrés Piñeiro Mayorga – Walter Benjamin. Influencia de la cultura judía en el concepto de “aura”. https://drive.google.com/file/d/1Lr-6AEMPH4jRFksg8qb4wNnLeDZfjAAP/view?usp=sharing

Micaela Cuesta – Teodicea e interrupción. Diálogos en torno al proyecto de una ‘filosofía de la historia universal’ de Hegel Friedrich Nietzsche, György Lukács, Walter Benjamin y Theodor Adornohttps://drive.google.com/file/d/1FPGzKG44lsVV5wuf_J9C4orxfUEdc4Gl/view?usp=sharing

Michael Löwy – El anarquismo mesiánico de Walter Benjamin. https://drive.google.com/file/d/1xYANA7e-OqjzFZLnxoQu6yXP7BCspcaX/view?usp=drivesdk

Michael Löwy – Walter Benjamin: Aviso de incendio. Una lectura de las tesis sobre el concepto de historia. https://drive.google.com/file/d/1cDVCNj903Y6uh_UTZLP1gBGRhsTK6__z/view?usp=sharing

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Michael Löwy – El anarquismo mesiánico de Walter Benjamin. https://drive.google.com/file/d/1RA5rvHTkzeCiewZsYGcwsGw1-AQ4cKBt/view?usp=sharing

Michael Löwy – Redención y Utopía. El judaísmo libertario en Europa Central. Un estudio de afinidad electiva. https://drive.google.com/file/d/1ZXPfp-y5V0y9OLtWWLdykkjHrPXOfwOT/view?usp=drivesdk

Michael Löwy – Redención y Utopía. https://drive.google.com/file/d/1ZNXzhiy0SnB1GX6pfxQ1yHXJp-VVSvVL/view?usp=drivesdk

Michael Opitz y Erdmut Wizisla – Conceptos de Walter Benjamin. https://drive.google.com/file/d/1NKDLK3arknHicXHbYDaETzRjhSxaC1gr/view?usp=sharing

Miguel Koleff (comp.) – La modernidad como infierno. Luis Ruffato desde Walter Benjamin. https://drive.google.com/file/d/1-EsyGJo6j-MQ2bl839bbDg-Wjfmz0sE1/view?usp=drivesdk

Miriam Hansen – La flor azul en el paisaje tecnológico. Cine y experiencia en Walter Benjamin. https://drive.google.com/file/d/1IO6G5CSUZzmVce114Bx71qh8CPWJo2BB/view?usp=sharing

Nicolás López y Carlos Pérez López (dir.) – Walter Benjamin, materiales antropológicos. Distensiones de lo humano. https://drive.google.com/file/d/1P44ycR55wxuHITo_5II8ylDa4beb2m1S/view?usp=drivesdk

Pablo Andrés Durán Chaparro – Paseando en las ruinas: Walter Benjamin y su concepto de revolución. https://drive.google.com/file/d/1Aj6bjX2Vfm_UjF7aTIIoqR1zkoknOEiu/view?usp=sharing

Paula Kuffer Dinerstein – Escribir historia significa dar su fisonomía a las cifras de los años. De Benjamin a Sebald a través de la historia: en torno al testimonio y la representación. https://drive.google.com/file/d/1hN5wX8h_cGHGo6j1udbhzdkwUqQbOvSx/view?usp=sharing

Pilar Carrera – Walter Benjamin: El paseante y la ciudad. https://drive.google.com/file/d/1XQqPkVXkRiNvyjHZzB3zazbjiLjPd_hO/view?usp=sharing

Rafael Albal García – La relación entre progreso y moral desde Walter Benjamin. https://drive.google.com/file/d/1KKSYSUOi0eyI4nwAufFSSrg5v9KvTBu7/view?usp=sharing

Revés Histórico – Microcosmos Benjaminiano. https://drive.google.com/file/d/1HrSIyAGrkLitmJlc9RUmSkUY0TQBeXql/view?usp=sharing

Revista Afinidades – Dossier Walter Benjamin. https://drive.google.com/file/d/1Hy7gcCSGEjL2B5ONXKXe4Ox3h3294268/view?usp=sharing

Revista Cultural Palabra – Benjamin, historia y apocalipsis. https://drive.google.com/file/d/1Hl8fPJpeL-NVWfd8jvPGGQ8ENfUeyvFv/view?usp=sharing

Revista Constelaciones – Walter Benjamin (1940-2010). https://drive.google.com/file/d/1tqHes2DQjNtXj0y2uKSaXT4RmaxOXq5e/view?usp=sharing

Revista Enrahonar – Walter Benjamin: Las formas de la crítica. https://drive.google.com/file/d/1_fxXFeqeSZBUxW66aFw7hwmPEx3-q1Yg/view?usp=sharing

Revista Iluminaciones – Walter Benjamin. https://drive.google.com/file/d/1vKq6bJuDTwuq-GWH1J8t04WuvNIO_Dno/view?usp=sharing

Ricardo Cano Gaviria – El pasajero Walter Benjamin. https://drive.google.com/file/d/1ot7zy2BMQD-Xja1i9UigR1a0y4P_j_vi/view?usp=sharing

Ricardo Forster – Los hermeneutas de la noche. De Walter Benjamin a Paul Celan. https://drive.google.com/file/d/1-1qipqfC3o_3vVC6S964rAx3c-te7nKo/view?usp=drivesdk

Ricardo Ibarlucía – Onirokitsch. Walter Benjamin y el surrealismo. https://drive.google.com/file/d/1mt7iz-HuTFZ8mtEBoCgDjS22Q3EwaNg3/view?usp=sharing

Richard Wolin – Walter Benjamin, an aesthetic of redemption. https://drive.google.com/file/d/1LVHe3GlrbiSv9gpyuph7DbdPsYI7gCqf/view?usp=sharing

Roger Bartra – El duelo de los ángeles. Locura sublime, tedio y melancolía en el pensamiento moderno. https://drive.google.com/file/d/109Fod_C872uJcXzdWJAjth9_JipzWYky/view?usp=sharing

Rosa María Moreno Cardona – Ecos en la educación desde una lectura de Walter Benjamin en torno a la experiencia. https://drive.google.com/file/d/1mFalXfkCzGesh3ep33YmFVil1RWVV3cO/view?usp=sharing

Rubén Darío Zapata – Emancipación y redención en la filosofía de Walter Benjamin. https://drive.google.com/file/d/1KLab7tQ5ocNrXjgsbDt4g-TY3WUAeVKZ/view?usp=drivesdk

Salvador Herrera Hernández – Tentativas sobre el tiempo, imagen y narración en Walter Benjamin. https://drive.google.com/file/d/1WluU9Xe01dq-0xLaO_EuCmllv5JpYHgB/view?usp=sharing

Samuel Weber – Benjamin’s – abilities. https://drive.google.com/file/d/1YMMP2wEujVQDe0lQbw2FPTtkfcbcYNw0/view?usp=sharing

Santiago M. Roggerone – Walter Benjamin y Theodor W. Adorno: un contrapunto. https://drive.google.com/file/d/1Cgr7e1P6SIsU8qjt_FQf5cuhCRe8kZL5/view?usp=sharing

Sergio Villalobos-Ruminott – Heterografías de la violenciahistoria, nihilismo, destrucción. https://drive.google.com/file/d/1b1h-3K340pDA6uVskWPmOkLnyvPCorQy/view?usp=drivesdk

Sigrid Weigel – Sobre la significación de la historia de los medios para la teoría de la cultura de Walter Benjamin. https://drive.google.com/file/d/1HFdYAi5QwLZ3cl5wukatkF6xYA_ipGfZ/view?usp=sharing

Stefan Gandler – Mesianismo y materialismo en Walter Benjamin. https://drive.google.com/file/d/1-KFCxUcc_owUa1tqe6U2_yMIuFk6Mo_q/view?usp=drivesdk

Stefan Gandler – Para un concepto de no lineal de Historia. Reflexiones a partir de Walter Benjamin. https://drive.google.com/file/d/16SigOxj0Kbmjqh5-qUwAuO5I6JiurVRu/view?usp=sharing

Stefan Gandler – ¿Por qué el ángel de la historia mira hacia atrás? Sobre el concepto de historia en Walter Benjamin. https://drive.google.com/file/d/1ivsofneZYKwYOOh-X6NyypVef6P258VE/view?usp=sharing

Stéphane Mosès – El ángel de la historia. Rosenzweig, Benjamin, Scholem. https://drive.google.com/file/d/14Y9yqcYPCIHYPjtepOL17g-GZusyHXCi/view?usp=sharing

Stephanie Graf – Bajo la mirada de los ojos artificiales del ángel. El proyecto de una teología inversa en el pensamiento de Walter Benjamin y Theodor W. Adorno. https://drive.google.com/file/d/1ZTaQuc445K2A17UyPuH6vwCYFUzy-GbU/view?usp=drivesdk

Susan Buck-Morss – Dialéctica de la mirada. Walter Benjamin y el proyecto de los Pasajes. https://drive.google.com/file/d/1emPu7l_MdXmICtn4YTRktklXmBqJ8HNq/view?usp=sharing

Susan Buck-Morss – Origen de la dialéctica negativa. Theodor W. Adorno, Walter Benjamin y el Instituto de Frankfurt. https://drive.google.com/file/d/1WnXR5MSV_U-bUcf1KiEXOw5jT1r6QTcN/view?usp=sharin

Susan Buck-Morss – Walter Benjamin, escritor revolucionario. https://drive.google.com/file/d/14SQVrEA-Dj9jRe5faxwvWkhPEr3I4MQi/view?usp=sharing

Susana Fleisher Kosanoff – La época de Walter Benjamin y una aproximación a su crítica a la modernidad. https://drive.google.com/file/d/1VL9aPXIValTLCvRMHMQTBJJ_C2GmEycC/view?usp=sharing

Tania Castellano San Jacinto – Distracción, shock, interrupción: la recepción de Walter Benjamin en las prácticas artísticas contemporáneas. https://drive.google.com/file/d/1Q1Kmhj9UE_mRqQu70ACdAlULeOVhTGdo/view?usp=sharing

Tara Forrest – The Politics of Imagination. Benjamin, Kracauer, Kluge. https://drive.google.com/file/d/11oRXfxR-hhbakzrv5sbrH0unKpFw6Rua/view?usp=drivesdk

Terry Eagleton – Walter Benjamin or towards a revolutionary criticism. https://drive.google.com/file/d/1CjRfM3bODisM2qXPCHe9kJ2xmW7mmwTv/view?usp=drivesdk

Terry Eagleton – Walter Benjamin rumo a uma crítica revolucionária. https://drive.google.com/file/d/1CcuZJEl0aTcrDthTdrLOLRmmVK4Uxk8T/view?usp=drivesdk

Theodor W. Adorno – Caracterización de Walter Benjamin. https://drive.google.com/file/d/1k2F3TWriwOqulOLW7OZOMmOgQMjJlSji/view?usp=sharing

Theodor W. Adorno – Prismas. La crítica de la cultura y la sociedad. https://drive.google.com/file/d/1v1GCEgq23GgBHegy7OrgQ9y3wjGP_5WE/view?usp=sharing

Theodor. W. Adorno – Sobre Walter Benjamín. Recensiones, artículos, cartas. https://drive.google.com/file/d/1GfDihN_FWU9flWlLbBjgaKWa60mthg6n/view?usp=sharing

Tomás Vera Barros (introducción) – Estética de la imagen. Fotografía, cine y pintura. https://drive.google.com/file/d/1I17MZsoG7JcyiwcPJCOW_un7ZiZYnrjA/view?usp=sharing

Uwe-Karsten Heye – Los Benjamin: Una familia alemana. https://drive.google.com/file/d/1Fv-mxIx5IZ4m_vPpEJrBhq0bfZSHJbMh/view?usp=drivesdk

Vicente Jarque – Imagen y Metáfora. La estética de Walter Benjamin. https://drive.google.com/file/d/1XqrNFDNtbrf8J5QnJT5U4ISzZ3Sf_6vx/view?usp=drivesdk

Víctor Díaz Sarret – Juego y seriedad en Walter Benjamin. https://drive.google.com/file/d/1Ds8DVQYhnInro8Syf9KKdp_8abk8CYGQ/view?usp=sharing

Victor Lenarduzzi – Direcciones múltiples. Algunos recorridos por el pensamiento de Benjamin. https://drive.google.com/file/d/1J-sDWn4dOGQ53_1Ka8gXlD7KvJQwJd0T/view?usp=sharing

Wolfram Eilenberger – Tiempo de magos. La gran década de la filosofía 1919-1929https://drive.google.com/file/d/1EWcmwml6I-rneKgofRREsxAHWfq3nRM7/view?usp=sharing

Transformaciones en el capitalismo de la información

Por Pablo Dávalos

Resumen

La teoría económica moderna parte de la categoría de “equilibrio general” como una condición necesaria para la comprensión del funcionamiento de la economía. Sin embargo, existen ahora fenómenos económicos que son irreductibles al equilibrio general. Las corporaciones de la sociedad de la información definen su estructura de precios por fuera de toda consideración del equilibrio general. Esto ha generado dos fenómenos que son incompatibles con la teoría económica moderna: de un lado hay corporaciones que han endogenizado la demanda, es decir, han convertido a los consumidores en vectores de su propio modelo de negocios; y, de otro, han exogenizado la oferta, es decir, se han desprendido de todo proceso productivo. Para hacerlo se necesitan de condiciones de posibilidad previas, esas condiciones son políticas y tienen que ver con la desarticulación política a los trabajadores, con las medidas de austeridad y con el debilitamiento del Estado, entre otras. Esto conduce a que la estructura social sobre la cual se definen los precios en la sociedad de la información y por fuera del equilibrio general, sea política, lo que conlleva al retorno de la economía política.

Palabras clave: endogenización de la demanda, homo economicus, exogenización de la oferta, neoliberalismo, desarticulación de la clase obrera

El marco teórico del mainstream de la economía moderna

El neoliberalismo transformó de manera radical el concepto de “mercado”. De ser un espacio social destinado al intercambio entre vendedores y compradores a partir de un sistema de precios, el neoliberalismo lo transformó en una esfera de regulación social y validación de decisiones políticas. Para el neoliberalismo el mercado no solo permite el encuentro entre oferta y demanda, sino que, además, ratifica a la sociedad en sus decisiones políticas y su capacidad de regularse a sí misma.

La construcción de instituciones sociales que siempre se habían relacionado con la ley, la justicia y la costumbre, ahora ceden el paso a la racionalidad económica del mercado porque se asume que los criterios de eficiencia y la racionalidad solamente pueden ser expresados y validados desde el mercado, de ahí que se afirme que todas las instituciones sociales sean económicas y que todo cambio histórico de la humanidad, en realidad, se debería a los cambios en los precios relativos.

Sin embargo, la teoría económica clásica, es decir, el pensamiento que proviene de Adam Smith, David Ricardo y Karl Marx, entre los más importantes, siempre había integrado el mercado a la producción y, a su vez, la producción al trabajo y a la división del trabajo. Marx, de su parte, nunca asimiló la producción al mercado sino que había integrado al mercado como la esfera que realizaba el valor que, de su parte, se había generado en la producción. El mercado, en tanto circulación del valor, nunca crea valor: lo realiza. La única excepción que Marx previó fue aquella del transporte de mercancías.

Para que el mercado se transforme en algo más que un espacio de compra y venta y se convierta en un regulador de toda la sociedad, que incluye a sus decisiones políticas, era necesario una amputación teórica radical: separarlo de la producción. Este proceso se realizó a fines del siglo XIX y se construyó a lo largo del siglo XX con la denominada teoría económica moderna.

De esta manera, el eje de toda la discusión económica asume al mercado como algo más que un concepto económico, en realidad lo considera como regulador social. La producción de mercancías se convierte en un asunto técnico y se desplaza hacia la administración de empresas y la microeconomía. Así, se efectúa un proceso inverso a aquel de la economía clásica: se transforma a la producción en una determinación de la circulación (el mercado).

El valor de las mercancías tendría que ver, en efecto, con el mercado como el locus desde el cual los consumidores asignan el valor a partir de sus decisiones supuestamente racionales, autónomas y libres en un contexto de libre concurrencia. Los consumidores se acercan a la mercancía y deciden adquirirla en función de un concepto que tiene un fuerte componente metafísico: las preferencias reveladas. Esos seres humanos convertidos en una determinación de la mercancía (un fenómeno que ya había sido advertido por Marx en el análisis de la alienación y en el fetichismo de la mercancía), se transforman, para la teoría económica moderna, en homo economicus.

De todos los conceptos económicos elaborados en el siglo XIX, quizá aquel de equilibrio económico sea uno de los más importantes no solo por sus implicaciones económicas sino incluso por sus consecuencias políticas y metafísicas. El equilibrio de mercado, para la economía moderna, implica una utilización racional de recursos escasos y la máxima satisfacción tanto para los consumidores como para los productores, lo que conduce a la sociedad a una realización de sí misma. El equilibrio económico es ese punto metafísico en donde coinciden la supuesta utilidad del homo economicus y la rentabilidad de los empresarios y en donde la sociedad también alcanza el máximo nivel de racionalidad posible con un sistema de precios dado y a partir de recursos escasos. El equilibrio económico petrifica a la historia y hace imposible pensar en cualquier transformación social.

El concepto de equilibrio general fue formulado por Leon Walras a fines del siglo XIX. Se construye metodológicamente el encuentro entre dos fuerzas casi naturales (oferta y demanda) que, al coincidir, se anulan mutuamente y dejan en su punto máximo la función de utilidad para compradores y vendedores. Ese punto máximo, la teoría económica moderna, lo denomina margen.

En la oferta constan todos los bienes y servicios realizados por los productores con una dotación inicial de factores (tierra (o naturaleza), trabajo y capital (incluye tecnología y gestión)), que buscan el máximo posible de rentabilidad para su inversión. En la demanda, en cambio, están los consumidores que, en tanto homo economicus, son plenamente racionales en cuanto a sus gustos y preferencias, y que pueden discriminar de forma racional aquellos bienes y servicios que maximizan su utilidad con la restricción del ingreso disponible.

Para la oferta y la demanda, el precio constituye una información que les permite tomar decisiones que se consideran racionales. Todas esas decisiones que se toman de manera libre, autónoma y soberana en el mercado conducen, finalmente, al equilibrio general de toda la sociedad.

El concepto de equilibrio de mercado, que Marx consideraba un concepto vulgar porque no permitía ninguna comprensión del capitalismo en tanto sistema económico, por supuesto que ha cuestionado desde diferentes visiones y marcos teóricos; sin embargo, la construcción del mainstream implica y supone la invisibilización de sus críticos.

La noción de equilibrio general de la economía es el punto nodal de todo el discurso económico del siglo XX y también del siglo XXI. Se asume como una posición de principio epistemológico sobre la cual descansa toda la analítica de la economía moderna. Si este principio epistemológico se cae, se derrumba todo el edificio conceptual construido sobre él. Por ello no hay cabida para ninguna forma de reinterpretar, criticar, cuestionar o siquiera poner en debate la noción de equilibrio general.

Aunque sumario, pero este es el marco general que subyace a la teoría económica moderna y su enfoque de equilibrio general. Se llama equilibrio general porque en él coinciden, a saber, los tres mercados más importantes: el mercado de trabajo, el mercado de capitales y el mercado de bienes y servicios. Toda posición que mueva a los precios de sus posiciones de equilibrio implica distorsiones que no tienen nada que ver con el mercado sino con fuerzas exógenas a él, porque el mercado, se supone, llega de forma natural y espontánea al equilibrio en función de su capacidad de autorregulación. En este enfoque de la teoría económica moderna, quien puede desplazar a la economía de sus posiciones de equilibrio general es, habitualmente, el Estado.

Ahora bien, no quiero sumarme a las críticas del concepto de equilibrio general de mercado y, menos aún a la crítica al marco epistemológico del neoliberalismo, que son múltiples, vastas e importantes sino, más bien, ponerlo en otra perspectiva y que tiene que ver con la posibilidad de que la demanda de mercado pueda ser endogenizada por las empresas mientras que, al mismo tiempo, estas empresas puedan exogenizar la oferta, lo que daría lugar a la anulación práctica del equilibrio económico o, en todo caso, a una posición bastante alejada de las prescripciones teóricas del discurso actual de la economía.

En otros términos, hay un contexto en el cual existen determinadas empresas con tal capacidad de dominar al mercado que pueden conocer casi con exactitud a la demanda, mientras que, al mismo tiempo, deciden dejar de producir los bienes y servicios que tradicionalmente comercializaban y, no obstante, mantienen una posición de dominancia de mercado sobre esos bienes que ya no producen directamente. Para estas empresas, la oferta y la demanda ya no son fuerzas ciegas que llevan al equilibrio general sino más bien determinaciones de su propio modelo de negocios. Ellas definen e imponen sus precios por fuera de toda consideración de equilibrio de mercado, competencia, racionalidad de los consumidores, preferencias reveladas, en fin.

Si esto es así entonces el equilibrio general, definitivamente, adquiere otra significación. ¿Cuál es esa nueva significación? Y ¿cómo la oferta y la demanda pasan a convertirse en determinaciones de cierto tipo de empresas? ¿Qué significa que estas empresas (o, si se quiere, corporaciones) puedan endogenizar la demanda y, al mismo tiempo, exogenizar la oferta? Si anulan al equilibrio ¿qué pasa con la economía de mercado?

La endogenización de la demanda y exogenización de la oferta

Son cuestiones que tienen que ver con el desarrollo del capitalismo y las consecuencias sobre los sistemas de regulación del capitalismo de los avances tecnológicos y de la emergencia de la economía de la información. Son avances cuyos contornos se han perfilado a partir de la segunda década del siglo XXI y que dan cuenta de niveles de concentración y centralización del capital a niveles inéditos.

En un grado determinado de concentración y centralización y, al mismo tiempo, de desarrollo tecnológico y de especulación financiera, ciertas corporaciones tienen la capacidad de anular los efectos aleatorios y la incertidumbre de la oferta y la demanda, es decir, del mercado. Para esas empresas, el mercado es otra cosa que aquella de la descripción original del siglo XIX y XX. Es, ahora, un espacio que ellas controlan por entero y que forma parte de sus propias determinaciones. De límite externo ha devenido en determinación interna.

No se trata solamente de una posición de monopolio o de acuerdo colusorio del mercado sino de algo más profundo, más vasto y más complejo. Se trata de la forma por la cual un determinado grupo de corporaciones dejan de producir bienes y servicios y, al mismo tiempo, se dedican a producir patrones de comportamiento que implican administrar la demanda a voluntad.

Este proceso que empieza con la sociedad de la información, se consolida, amplía y profundiza con la masificación del uso de redes sociales, el incremento de las capacidades de conexión a internet, la irrupción de la inteligencia artificial, el abaratamiento y el fácil acceso de los dispositivos tecnológicos, entre ellos los teléfonos inteligentes, entre otros, son los que ahora permiten la conversión de la subjetividad humana como una determinación de la corporación para administrar la demanda a su antojo.

Creo que las nuevas tecnologías están logrando lo que a primera vista puede ser imposible: que las empresas puedan conocer de tal forma al consumidor que puedan registrarlo, inscribirlo y adecuarlo a sus propios modelos de negocios como un vector de su modelo de gestión. De esta manera, la demanda, al menos como la conocíamos y como se la había teorizado desde el siglo XIX, para estas corporaciones, desaparece en su formato original. La demanda de mercado es ahora, para ellas, una determinación que nace, se dispone, define y condiciona como un vector que ha sido previamente precisado y estructurado dentro de sus propios modelos de negocios.

A este proceso de endogenización de la demanda de mercado se suma otro: estas corporaciones se desprenden de la producción para concentrarse en la administración de las preferencias del consumidor. Es decir, la oferta se exogeniza de la empresa. La producción, en tanto espacio para la creación de bienes y servicios, sale de la esfera de la empresa. Así, estas corporaciones dejan de preocuparse de la producción y, más bien, se concentran en la administración de la demanda.

El desarrollo de las tecnologías de la información, con la expansión de las redes sociales, con el perfeccionamiento y rápida propagación de  la inteligencia artificial, con las capacidades de conectividad cada vez más exponenciales (las próximas redes 6G por ejemplo), y con el desarrollo de nuevas tecnologías, como es el caso de la computación cuántica y los enlaces cuánticos, las biotecnologías y las nanotecnologías, entre otros, otorgan a cierto grupo de corporaciones capacidades tecnológicas que son inéditas y que les conducen a alterar de forma importante la estructura misma de la economía.

Ahora pueden hacer algo que era imposible en el siglo XX: individualizar su producción sin perder sus economías de escala y llegar a tal conocimiento de la demanda que pueden generar patrones de comportamiento en los consumidores para inscribirlos dentro de sus propios modelos de gestión y de negocios.

Pero ¿cómo lo hacen? ¿De qué forma han logrado, de una parte, dejar de producir y, de otra, incidir sobre la subjetividad de los consumidores para administrarla a su conveniencia? Y, ¿qué consecuencias tiene esto para la teoría económica? O más bien, ¿qué tipo de teoría económica debería ocuparse de estos fenómenos? Esto nos lleva a una cuestión importante: ¿Hacia dónde va el capitalismo?

El mercado como espacio de incertidumbre: la regulación en el capitalismo

Una empresa se enfrenta siempre a un entorno de indeterminación e incertidumbre con respecto al mercado. Mientras que para la empresa la producción no guarda ningún misterio y puede planificar al detalle todos los procesos productivos, en cambio el mercado se le presenta con un enorme signo de interrogación.

Es por ello que las empresas han invertido tanto en el conocimiento, predicción y comprensión de las tendencias del mercado. Es por ello también que se han desarrollado campos analíticos como la neuro-economía y la economía del comportamiento, porque las empresas buscan intuir de la manera más cierta la forma por la cual se comportarán los mercados para poder reducir la incertidumbre, los gastos asociados a ella y, por ende, incrementar su rentabilidad.

Una de las formas arcaicas que tienen las empresas para domeñar los mercados es a partir de su  control directo, sea por la vía de los monopolios o los monopsonios, o por la vía de los acuerdos colusorios de mercado. Pero son controles exógenos al mercado. Son, en realidad, distorsiones al mercado y, por tanto, al equilibrio general. Es por eso que los textos de economía analizan de forma particular la formación de precios de los monopolios porque suponen alteraciones al equilibrio de mercado.

¿Qué pasaría si una empresa puede reducir casi a cero la incertidumbre del mercado sin distorsionarlo? En ese caso la empresa se confronta a un horizonte de certezas hacia el cual puede converger su producción. Sabe exactamente qué es lo que tiene que producir y para quién es esa producción. Fue esa transformación la que provocó el denominado “toyotismo” de la producción justo a tiempo en los años setenta del siglo pasado.

Pero el toyotismo no alteró la incertidumbre del mercado, simplemente la adecuó a las necesidades de las empresas. En vez de la producción en masa del fordismo, el toyotismo se ajustó a las exigencias de la demanda. Desde la demanda nacían las señales que se replicaban hacia toda la empresa. La demanda de mercado, en todo caso, siempre era un factor exógeno a la empresa.

Ahora bien, este modelo del toyotismo empieza a transformarse en la sociedad de la información. Las nuevas empresas endogenizan la demanda y, casi al mismo tiempo, exogenizan la producción. ¿Qué quiere decir esto? Que las empresas van un paso más allá del toyotismo. Ahora pueden conocer exactamente al consumidor. Y no se trata de un conocimiento ni marginal ni casual, sino amplio, riguroso y exhaustivo y a tal extremo que, incluso, llegan a conocerlo más allá de lo que el propio consumidor puede conocerse a sí mismo.

Para estas corporaciones de la sociedad de la información, los consumidores ya no representan ningún misterio. Estas corporaciones saben qué sienten, qué necesitan, qué les gusta, qué no les gusta, cómo distribuyen su tiempo, cuáles son sus filias, cuáles son sus paranoias, cuáles son sus excesos, cuáles son sus debilidades, etc.

Estas corporaciones tienen la posibilidad de desarrollar una especie de mapa cognitivo, afectivo, fisiológico e intelectual de todos y cada uno de sus consumidores reales y potenciales. Con ese mapa no solo que pueden ubicar su modelo de negocios sino también pueden generar señales imperceptibles sobre los patrones de conducta e interferir sobre ellos. Esto pone a estas corporaciones en otro nivel: de la incertidumbre del mercado ahora deben resolver el desafío de cómo interferir en los patrones de comportamiento del consumidor y transformarlos en vectores de su modelo de negocios.

De esta forma, la empresa endogeniza al consumidor. Lo transforma en una determinación de la propia empresa. Si la empresa tiene éxito puede crear una especie de reflejo condicionado o patrones de conducta condicionados que han sido diseñados desde la empresa.

Entonces, el desafío ya no consiste tanto en producir algo sino en endogenizar al consumidor dentro de la empresa y para ello se necesita de información. En efecto, la endogenización del consumidor no puede hacerse sin que el consumidor transfiera a las empresas todos sus datos personales, sus gustos, sus preferencias, sus dinámicas más vitales, los datos de su salud y fisiología, sus dudas más existenciales y sus proyectos de vida, de manera libre, voluntaria, sistemática, cotidiana y, además, gratuita. Es exactamente eso lo que hacen las redes sociales y las aplicaciones de internet. Son, literalmente, redes lanzadas hacia la subjetividad de las personas que, al caer en ellas, ponen en ellas toda su vida y, encima, lo hacen todo el tiempo y gratis.

Las corporaciones tienen información del número de pasos que ha dado una persona en un día determinado. De los circuitos urbanos o rurales que ha recorrido. De las compras que ha hecho. De su presión arterial y pulso cardíaco. De sus indicadores más importantes de su salud. De sus preferencias cotidianas. De su círculo social. De sus opiniones políticas. De su forma de conducir un coche. En fin.

En ese contexto, para estas corporaciones la producción, de forma paradójica, se convierte casi en un obstáculo porque le sustrae recursos de su objetivo más importante que es la endogenización del consumidor. Se trata de un proceso que lleva el fetichismo de la mercancía a un nivel más alto y que coloniza la subjetividad del consumidor de tal manera que el consumidor se convierte en una determinación de la empresa sin que tenga la más mínima idea de ello.

La empresa ya no solo produce un bien o un servicio, sino que también produce al consumidor de ese bien y de ese servicio.  Estas corporaciones lo pueden hacer porque conocen los patrones de comportamiento y preferencias de los consumidores, no como un dato general y que ha sido extrapolado de otras variables, sino como un dato real y que tiene que ver con la propia información que el consumidor ha colocado en sus redes sociales.

Pero el volumen de información es tan grande y las posibilidades de integrarlas de manera consistente es tan vasta que se necesitan recursos tecnológicos gigantescos para hacerlo. Es en esa dinámica que se genera la inteligencia artificial, como un algoritmo que tenga capacidades heurísticas y probabilísticas para poder manejar la información que los consumidores diariamente exponen en las redes sociales.

Me voy a valer de un ejemplo, como un marco heurístico, de lo que quiero decir. En el siglo XXI existe, sobre todo en las sociedades capitalistas más avanzadas, una especie de culto al cuerpo y a la imagen. El filósofo francés Michel Foucault las denominaba las tecnologías del yo y tienen que ver con las derivas biopolíticas del neoliberalismo. Ahora bien, esto conduce a que prácticas relativamente extrañas ahora formen parte de la cotidianidad de millones de personas en todo el mundo y sin las cuales no se sienten conformes consigo mismas y que han generado importantes modelos de negocios e industrias. Una de esas prácticas extrañas tiene que ver con los gimnasios y el trabajo sobre el cuerpo. Existen, en efecto, muchas industrias detrás de ese culto al cuerpo (farmacéuticas, ropa deportiva, aplicaciones, etc.). Pero de todas ellas, quisiera detenerme en las corporaciones de ropa deportiva como Nike, Puma o Adidas, entre otras.

Cada una de ellas, ha logrado influir sobre la subjetividad de millones de personas que se han convertido en usuarios permanentes de eventos deportivos y que adquieren una serie de gadgets, ropa deportiva y uso de aplicaciones que les obligan a cambiar sus rutinas diarias de vida. Este comportamiento de las personas, aparentemente autónomo, en realidad se integra a las necesidades de las corporaciones cuando ellas saben exactamente lo que piensan y sienten estas personas y los motivan a que adopten ciertos comportamientos, entre ellos, el uso del gimnasio (fitness) y sus rutinas (o el jogging).

Estas corporaciones, que han exogenizado la producción (actualmente ninguna de ellas fabrica ropa deportiva, ni zapatos deportivos ni nada en concreto en realidad), ahora se concentran en las conductas de las personas. Así, han experimentado un proceso de alteración que tiene que ver con las mutaciones del capitalismo: primero se transformaron en corporaciones dominantes gracias a su economía de escala; luego trasladaron su producción hacia subcontratistas gracias a la delocalización en zonas especiales de desarrollo económico, lo que les obligó a concentrarse en la gestión de la marca; y, finalmente, han vinculado la marca con patrones de comportamiento del consumidor para administrar la demanda.

De esta forma, la marca de la corporación es solo una interfaz para la intervención directa sobre la conducta. Se trata de influir sobre la conducta para provocarla a que asuma hábitos y costumbres que, en otras circunstancias, habrían sido imposibles. Así, logran movilizar millones de personas todo el tiempo a través de eventos deportivos, maratones, o jornadas extenuantes con los pretextos más variados pero que generan fenómenos sociales que han sido creados expresamente desde estas corporaciones.

Muchas personas quizá en algún momento de epifanía retornen a ver el ambiente del gimnasio, del fitness o del jogging y se pregunten “¿qué hago aquí?”, o “¿por qué estoy haciendo esto?”. Es solamente un relámpago de lucidez que alumbra el absurdo de su situación. No están ahí por motu propio. Están ahí porque han sido condicionados. Porque su propia subjetividad ha dejado de pertenecerles. Pero no lo saben. Se esfuerzan en el gimnasio hasta más allá de lo posible y transitan todo el día con ese cansancio que los obliga a tomar suplementos y drogas para mantenerse siempre en esa forma; así, establecen sus propios horarios de vida para robarle tiempo al descanso o a la recreación, y pasar en el gimnasio o en el jogging o en algo parecido, solamente por el culto al cuerpo: biopolítica pura. Todo ello revela una colonización de la subjetividad que va más allá de la alienación que describía Marx.

¿Cómo una corporación, como Nike por ejemplo, pasó de la producción de artículos deportivos a la gestión de la marca, y de ahí a la formación y administración de conductas? Quizá porque tienen a su disposición algo que no existía en el siglo XIX cuando se conformó la teoría de los mercados y del equilibrio general. Ahora tienen información real y permanente de todos y cada uno de los consumidores. Y se trata de un insumo abundante, gigantesco y que cada día crece más y que para estas corporaciones tiene un costo marginal nulo, es decir, es casi gratuito. Se trata de una mina de proporciones colosales que necesita de empresas de minería de esa información. El principal extractivismo del siglo XXI no es del petróleo, ni del oro, ni de ningún commodity. El principal extractivismo es la minería de datos. Es el extractivismo sobre la subjetividad de todos y cada uno de nosotros.

De esta forma, para estas corporaciones el mercado quiere decir otra cosa que aquello que define la teoría económica tradicional. Esta vez, el mercado no tiene nada que ver entre el encuentro del consumidor con su oferta. Ahora, son el espacio en el cual se produce la disputa sobre la conciencia de lo humano y la colonización de la subjetividad personal. Los consumidores dejan de ser impredecibles. Se convierten en vectores. Pero su dirección, en tanto vectores, no depende de ellos, sino de aquella que ha sido impregnada desde estas corporaciones.

Volvamos al caso de una de ellas. Nike por ejemplo. Hace ya varias décadas que Nike dejó de producir y empezó a descargar sobre sus subcontratistas las responsabilidades de la producción de ropa, zapatos y accesorios deportivos. El proceso previo fue la liberalización comercial que empezó en el año 1979 en China con las Zonas Especiales de Desarrollo Económico. Las empresas, cuando comprendieron que en esas Zonas de Desarrollo Económico que empezaron a proliferar en todo el sudeste asiático, les permitían reducir sus costos laborales, decidieron relocalizar y delocalizar sus líneas de producción. Nike es una de ellas. Pero Nike entendió rápidamente que no solo podía relocalizar su producción sino también exogenizarla, es decir, trasladar hacia terceros todas sus líneas de negocios relacionadas con la producción. Ahora Nike, strictu sensu, no produce ningún bien. Todos ellos han sido transferidos hacia empresas subcontratistas. Muchas de ellas están en esas zonas especiales de desarrollo económico del sudeste asiático aunque se han replicado por todo el mundo.

De esta forma, muchas empresas pasaron de la relocalización y delocalización al outsourcing. Así por ejemplo, Apple ha transferido a Foxconn, una empresa de Taiwan, la fabricación de todos sus productos.

Pero las empresas pueden exogenizar la producción y asegurarse de la propiedad intelectual de su marca gracias a los derechos de propiedad intelectual y sus instrumentos jurídicos internacionales que han sido avalados y reconocidos por los Estados a través de los acuerdos internacionales de inversión; el reconocimiento a los tribunales internacionales de justicia para controversias relacionadas con las inversiones, y gracias también a que los Estados consideran a la inversión extranjera directa la capacidad de determinación de la tecnología, la innovación y el empleo en sus propias economías.

En la exogenización de la producción en primera instancia la corporación se queda con la marca, de ahí la importancia del derecho a la propiedad intelectual y los tribunales de conciliación y arbitraje para diferencias relativas a inversiones. Son, de hecho, sus subcontratistas los que finalmente producen todo lo que estas corporaciones negocian. Pero esos subcontratistas, a su vez, tienen a su disposición una fuerza de trabajo abundante, barata y que, gracias a las zonas especiales de desarrollo económico, no tiene capacidad política de interferir en la producción porque tienen prohibida toda forma de sindicalización. Se produce así una situación paradójica: los trabajadores crecen a escala global pero, como clase obrera, prácticamente están anulados. Políticamente los obreros son irrelevantes.

Es una fuerza de trabajo precarizada a nivel global. La precarización laboral es el otro lado de la exogenización de la producción. La precarización es, en realidad, creada desde la anulación política de la clase obrera y, por ello, corresponde a una dinámica política. Sin embargo, para que la precarización se convierta en un vector clave de la producción globalizada es necesario evitar que el Estado intervenga sobre la sociedad, sobre todo a través de la regulación, control y política social. Al mismo tiempo es necesario que los derechos de los trabajadores se anulen políticamente. El Estado debe achicarse. Así, la exogenización de la producción es también un resultado de las políticas de austeridad que recortan al Estado y las políticas de des-sindicalización que destruyen la capacidad política de los trabajadores.

En ese contexto, las referencias teóricas de la economía se quedaron en el siglo XX. El equilibrio general no es ni funcional ni metodológicamente pertinente para comprender a las corporaciones del siglo XXI, sobre todo a aquellas que manejan, controlan y administran la demanda y la oferta.

El precio: un espacio de disputas políticas

Estos procesos de endogenización de la demanda y exogenización de la oferta suscitan una cuestión: ¿qué significación tienen para el equilibrio económico? Si el equilibrio económico, supuestamente, es el locus desde el cual se estructuran y definen los sistemas de precios globales, pero si ya no existen como fuerzas cuasi-naturales ni la oferta ni la demanda, entonces, ¿cómo se forman los precios en contextos de endogenización de la demanda y exogenización de la oferta? Por ejemplo, ¿por qué la suscripción al Chat GPT de OpenAI o Midjourney tiene ese precio y no otro? ¿De dónde y cómo se estructuró ese precio? ¿qué tienen que ver esos precios con la demanda, con las preferencias reveladas del consumidor, con el equilibrio general, con los costos marginales de producción? Lo mismo puede decirse con un vasto conjunto de aplicaciones de internet y sus precios.

Si en esos precios no existe la lógica del equilibrio entre oferta y demanda, porque parten de un precio que es inelástico y que ha sido impuesto por fuera de cualquier punto de encuentro entre oferta y demanda y, por tanto, sin relación alguna con la competencia de mercado, entonces ¿cómo se definen? ¿qué significación tienen para el capitalismo? ¿qué rutas abren para los procesos globales de acumulación de capital? ¿cómo se estructuran esos precios?

Esto nos lleva a una constatación: los precios de las corporaciones de la sociedad de la información se estructuran, establecen, definen e imponen por fuera de la racionalidad económica y sin relación alguna con el cálculo económico; porque se han formulado desde otras determinaciones que no tienen relación con la economía, al menos con aquella economía que describen y analizan los libros de texto y el discurso oficial de la economía moderna.

Los precios que se originan desde estas corporaciones de la sociedad de la información nada tienen que ver con la racionalidad económica del siglo XX. Esos precios expresan procesos relativamente novedosos como son la endogenización de la demanda y la exogenización de la oferta.

Si esos precios no nacen desde la economía, porque no tienen relación alguna con el equilibrio económico, ni las preferencias reveladas del consumidor, entre otras, entonces ¿cómo se definen? ¿cuál es su estructura más fundamental? Y una intuición clave es que los procesos más fundamentales que definen esos precios en realidad obedecen a fenómenos políticos y globales. Esos precios, a la larga y esencialmente son políticos. Dependen de circunstancias y procesos políticos concretos e históricamente determinados.

Para que los ciudadanos pongan su información personal en las redes se necesita de la desregulación a las corporaciones que administran esta información y esas redes. Para que estas empresas puedan realizar minería de datos (machine learning, big data, data science, etc.), también se necesita de desregulación y de asimetrías entre el poder de los ciudadanos y aquel de las corporaciones. ¿Qué poder regulador controla el uso de datos, por ejemplo, de Google? ¿Qué estructura legal regula el hecho que OpenAI haya usado a toda la humanidad literalmente como conejillo de Indias para sus programas de inteligencia artificial? ¿Qué instancias de control ético y moral pueden regular y controlar el uso de la información que utiliza Alexa?

Para que las corporaciones puedan colectar datos globales y administrarlos necesitan de la complicidad de los Estados, los sistemas jurídicos y los sistemas políticos a escala global. Para que se pueda exogenizar la oferta se necesita precarizar al trabajo y, para que esto ocurra, se necesita deconstruir y derrotar políticamente a la clase obrera y eso, por definición, es una tarea política. Para proteger los derechos de propiedad intelectual de las marcas se necesita que los Estados realicen convergencias normativas hacia las prescripciones hechas por estas corporaciones en los tratados de libre comercio o acuerdos internacionales de inversión que son instancias, de hecho, políticas y en las cuales no participa la sociedad.

En definitiva, la endogenización de la demanda y la exogenización de la oferta tienen sustratos políticos y, evidentemente, globales. Es desde esa trama de circunstancias políticas que se crean las condiciones de posibilidad para que estas corporaciones puedan definir sus precios prescindiendo del mercado y de los equilibrios de mercado y de toda la racionalidad económica del siglo XX. De esta manera, entramos en una etapa en la que los precios dejan de ser económicos para convertirse en determinaciones políticas. Los usuarios o consumidores nada pueden hacer contra este sistema de precios que ahora se convierte en una gigantesca aspiradora de rentas.

La principal significación del equilibrio económico en circunstancias en las que la demanda se ha endogenizado y la oferta se ha exogenizado es que, esta vez, los precios adquieren una consistencia fundamentalmente política y el equilibrio general de la economía se transforma en una categoría política de desequilibrio general entre ciudadanos y corporaciones. A mayor desequilibrio mayores rentas para estas corporaciones. Un desequilibrio que se mantiene, consolida y expande gracias al poder político de estas corporaciones y a la debilidad de los Estados, de la democracia y de la clase obrera.

Si esto es así, entonces la trama que sostiene a estos precios se confunde, imbrica y yuxtapone a los procesos productivos que aún conservan aquella trama que los define desde el siglo XIX. En esa mezcla, el capitalismo contamina todos los procesos productivos y los lleva, de grado o por fuerza, a esa lógica en la que los precios se definen desde la política. Son precios que deben dar cuenta de las circunstancias políticas que contribuyen a conformarlos, sostenerlos y consolidarlos, es decir, la política como relaciones de poder, como espacios de luchas, resistencias, violencia e imposiciones. Es el retorno de la economía política.

Endogenizar la demanda y exogenizar la oferta implica administrar políticamente los precios y eso supone administrar políticamente a la sociedad. La lucha política que se supone se inscribía en las coordenadas del sistema político, en realidad se define antes: en la economía política. Se trata, por tanto, de un vasto proceso político que le permite a las corporaciones asegurar y controlar las condiciones políticas desde las cuales se estructuran estos precios como vectores políticos.

Quizá sea por ello que un espacio ad hoc y contingente como el Foro de Davos, finalmente, sea más importante y trascendente que cualquier Asamblea de Naciones Unidas. Porque en el Foro de Davos se trazan las coordenadas políticas (y, sobre todo, geopolíticas) sobre las cuales van a actuar las corporaciones de la sociedad de la información y se definen las coordenadas de esas luchas políticas.

Esto pone en otro nivel la lucha por las reivindicaciones sociales. Si los precios ahora constan en la esfera de la política, entonces será la política quien imponga sus límites y trace sus posibilidades. Pero para ello es necesario que los trabajadores puedan abrir la política para la discusión de la economía de la información. Para hacerlo, los trabajadores necesitan capacidad política que, lamentablemente, por ahora no tienen. Quizá ese sea uno de los retos del futuro y de la nueva izquierda.

Comunismo de la inmanencia

Diálogo entre Felix Guattari y Toni Negri

Toni Negri. – Quisiera comenzar por una pregunta que también le he planteado recientemente a Gilles Deleuze a propósito de Mil mesetas. En este libro, uno de los grandes ensayos filosóficos del siglo, he creído percibir una nota trágica. Las parejas conflictuales que están dibujadas allí (proceso/proyecto, singularidad/sujeto, composición/organización, línea de fuga/dispositivo y estrategia, micro/macro, etc.), todo lo que en suma constituye un sistema abierto, está, por otra parte, no cerrado, sino contenido como en una tensión insoluble y un esfuerzo sin fin. Es en esto que me parece consistir el elemento trágico.

Félix Guattari. – Alegría, tragedia, comedia, los procesos que me gusta cualificar de maquínicos trenzan un porvenir sin garantía –¡es lo menos que se puede decir! Estamos a la vez “hasta el cuello” y destinados a las aventuras más insólitas, más apasionantes. Imposible tomarse en serio, pero imposible también no “engancharse”. No veo tanto esta lógica de la ambigüedad como una “tensión insoluble”, sino como el juego multívoco, polifónico, de elecciones paralelas, algunas veces antagonistas, que no te deja otro recurso más que el de la mala fe, la bifurcación incesante. Cómo “hacer con” esas constelaciones imposibles de universos de referencia. El olvido puede ser de una gran ayuda, ¡pero no está al alcance de todos!

T. N. – En Cartografías esquizoanalíticas das un paso suplementario en la articulación de topologías, de dinámicas y de procesos de subjetivación. La fenomenología es desarrollada allí a través del análisis de los agenciamientos genealógicos. Y estás cada vez más interesado por los equipamientos colectivos de subjetivación. Ahora bien, analizando a estos como formas, haciendo abstracción de su inserción en un sistema de poder y de reproducción social, dando derecho a la postura estética, ¿no tienes la impresión de correr el riesgo del vicio de formalismo de los postmodernos, que, de una manera paradójica, vacían el movimiento y consideran como agotada la historia que se supone inagotable? ¿No juegas demasiado con la idea del “eterno retorno”?

F. G. – Da capo. Música paralela para palabras poco diferentes. La historia no es lineal sino discrónica; las reterritorializaciones anacrónicas bordean las virtualidades futuristas; el acontecimiento sale de la heterogénesis de componentes en el fondo discordantes. Aquello que llamas mis topologías no tiene únicamente por objetivo dar cuenta de los equipamientos colectivos de subjetivación. O, más exactamente, hay que entender “colectivo” en el sentido de multiplicidad intensiva. Es decir que el arte, la producción prepersonal –por ejemplo, la somatización histérica– procede de agenciamientos colectivos no humanos. Las relaciones de fuerza del nivel molar conservan evidentemente sus derechos, pero su estatus es relativizado por la promoción de focos de enunciación, de incorporales, y la encarnación de territorios existenciales, según una lógica pática que escapa a la lógica de los conjuntos discursivos. Preconizo entonces un análisis de los agenciamientos colectivos de enunciación que escape a la forma para erigir máquinas abstractas autopoiéticas. La forma es siempre declinada según un procedimiento lineal que sitúa sus coordenadas de tiempo intrínseco, de espacio y de energía como estado exterior. La máquina abstracta afirma sus ordenadas ontológicas como repetición auto-afirmativa. Para ella, la linealidad solo puede venir después. Es sustancia de expresión, enunciador parcial, que solo despliega en otra parte una materia objetiva y una subjetal formal. La “postura estética” reside en el hecho de que la pluralidad ontológica “encausada” no depende de un Ser con s mayúscula sino de una “materia opcional” de incesantes mutaciones. En sus afirmaciones procesuales, los agenciamientos de enunciación son productores de componentes ontológicas irreductiblemente heterogéneas y singularizantes.

T. N. – Siempre en las Cartografías esquizoanalíticas, pero en adelante en todos los escritos, utilizas para caracterizar el período histórico actual la expresión “edad informática planetaria”. Esta categoría hace eco con los discursos foucaultiano y deleuziano sobre la edad de la comunicación, y los especifica. La aceptación de esta categoría en filosofía tiene efectos metodológicos fundamentales: te permite resolver la genealogía en la epistemología y viceversa, y construir desde un punto de vista histórico los agenciamientos de enunciación. Sin embargo, ¿no puede esta reducción tener también efectos perversos, en el caso de una epistemología de referencia informática? ¿No hay riesgo de aplastamiento de la determinación o del agenciamiento genealógico en el universo de las relaciones transversales, lineales e indiferentes que caracterizan a dicha epistemología? ¿Cómo romper la indiferencia del horizonte informático?

F. G. – La subjetividad capitalística implica una binarización y una descualificación sistémica de todos los “mensajes”. Corona el reino de un equivaler generalizado que, por otra parte, ha desplegado sus coordenadas en los dominios del Espacio, del Tiempo, de la Energía, del Capital, del Significante, del Ser… Se trata a la vez de un horizonte histórico, cuyo surgimiento está fechado, y de un vértigo axiológico que se remonta a la noche de los tiempos. Por todas partes, siempre existió amenaza de abolición desde el interior de la complejidad cualificada. El caos habita lo complejo; lo complejo habita el caos. Lo cual implica que este último esté compuesto de entidades animadas de una velocidad absoluta –a riesgo de que la ciencia “ralentice” esas velocidades con constantes tales como c, h (constante de Planck[1]), el instante cero del big bang, el cero absoluto, etc. Lo que legítima una perspectiva de “revolución molecular”, es el hecho de que esta entropía capitalística de la subjetividad se instaura a todas las escalas y renace constantemente de sus cenizas. Una periodización como aquella que encadena el pasaje de las sociedades de soberanía a las sociedades disciplinarias para desembocar en las sociedades de control es a la vez genealógica y ontogenética. Todos estos regímenes de territorialización del poder, del saber y de la subjetividad se descomponen y se recomponen en la subjetividad contemporánea. Lo cual hace, por ejemplo, que no se pueda hablar hoy, con el ascenso de los integrismos y de los racismos, de “regresión arcaica” sino más bien de progresismo fascista o, en rigor, de neo-arcaísmo, siendo claro que reinventan completamente formas de inteligencia y de sensibilidad del mundo contemporáneo. ¡Recomenzar la historia por el principio o hacerla tender hacia finalidades progresistas no es realmente ya el problema! Se trata más bien de recomponer, sobre otras bases, los agenciamientos de subjetivación y, en ocasión de ello, de recrear de una forma pática las diversas figuras de la subjetivación histórica, de las cuales la subjetividad capitalística es la más vertiginosa por su vacío, su banalidad, su vulgaridad, su estado de cosas a ras de margaritas.

T. N. – ¿Cómo se reconoce, hoy en día, y cómo se estabiliza un proceso de subjetivación? ¿Cómo se reconoce el nivel ontológico (composición, código, bloque, agenciamiento, equipamiento) sobre el cual se constituye dicho proceso? Sé que no te gusta la palabra ontología, pero quisiera que la utilices en la acepción de Spinoza, como determinación de las singularidades en el interior del proceso constitutivo de las pasiones. Quisiera concretamente que precises el sentido y las oposiciones de constituciones subjetivas, las llames o no ontológicas. ¿Cómo pueden los procesos de subjetivación construir un nuevo horizonte de lo real, una nueva figura del Lebenswelt[2], en la cual sea posible orientarse y luchar? ¿Cuál es el punto donde denotación y significación van más allá del círculo mágico o bien de la autonomía del relato a-significante?

F. G. – Me gusta la palabra ontología. Si desconfío de ella, es porque tengo tendencia a usarla para todo. Hay para mí, si tú quieres, focos de producción ontológica, emplazamientos de afirmación autopoiética, repeticiones, insistencias, intensidades con todo su cortejo de referencias incorporales y de ecceidad. Todo eso participa de una visión un poco animista que no me trae realmente problema. Donde las cosas se complican, es cuando se trata de pensar una praxis. ¿Cómo, a partir de agenciamientos de semiotización, meter en el ser nuevas constelaciones intensitarias? De allí esta fascinación con la función de los ritornelos, de los rasgos de rostridad que señalan lo que pueden ser focos de subjetivación parcial. Pero también esta dificultad aporética en torno de los ritornelos problemáticos, desterritorializados –muy lejos de los cantos de ave– que se abren, ellos también, a título de función existencial. En mi idea, los ritornelos más simples, aquellos por ejemplo de la neurosis obsesiva, son siempre ritornelos complejos. La repetición simple es soporte de la complejidad. Pero entonces hay que hacer derivar las referencias discursivas hacia una aprehensión pática no discursiva. La primeridad no es simple. La cualidad dada de manera más simple es hipercomplejidad. Toda una desgracia, que hace que se nos peguen a la piel las significaciones y las denotaciones en uso, nos prohíbe la mayoría de las veces el acceso a las aristas vivas de esas funciones existenciales de conquista pragmática que puedes calificar efectivamente de ontológicas.

T. N. – Vivimos en un mundo en el cual la pluralidad de los procesos de subjetivación se constituye con una pluralidad de equipamientos colectivos, así como de mercados e instituciones. Este proceso es muy rico e imposible de resumir en las viejas categorías de la democracia o del socialismo. Sin ironizar, tampoco con las viejas categorías del capitalismo liberal. Pero este proceso está atravesado también por dinámicas de globalización y de subordinación que relativizan y sobrecodifican la intensidad de los procesos de subjetivación. A veces, tengo la impresión de que el proceso molecular, una vez vuelto hegemónico, ha sido consumido y digerido por una potencia molar que ya no reconoce a su opuesto como existente. En este contexto, las fugas metafísicas y políticas no son interesantes (conocemos demasiado de ellas, del nuevo misticismo a la ideología verde). ¿Cómo puede reconstruirse, en la multitud molecular, una oposición molar?

F. G. – Relevada como está por los medios de comunicación, los sondeos de opinión, la publicidad y los consejos en comunicación, la democracia política se vuelve no solamente cada vez más formal, cada vez más cortada de las realidades, sino también cada vez más delirante. Lo cual no significa que pierda todo asidero sobre la subjetividad capitalística. Los líderes políticos rivalizan con los presentadores de la tele para penetrar siempre más en la pseudo-intimidad de los hogares. Es el reino del “Bébête Show” relevado por el “Psycho Show”. Lo que es vertiginoso, a través de todo esto, es la capacidad de este tipo de producción de subjetividad de capturar toda inmanencia procesual, toda mutación molecular. ¿Existe sin embargo una prueba de verdad que sea discriminante respecto del señuelo, de la mueca, del simulacro, en tanto que estos también pueden devenir la base de una auténtica territorialización existencial? Ver, por ejemplo, la gestualidad estereotipada de las estrellas de rock, cuyos rasgos son sin embargo objeto de reapropiación por niños y adolescentes en momentos cruciales de su existencia. Pero la prueba de verdad no engaña; es de orden pático; es lo que acarrea una suerte de adhesión existencial que crea el acontecimiento.

Es muy cierto que todos esos focos de resistencia molecular contra la serialidad de la subjetividad capitalística solo se encarnan, la mayoría de las veces, en retornos a la trascendencia, al misticismo, al culto de lo “natural”. Eso me perturba menos que a ti. ¡Me digo que Dios encontrará a los suyos ahí! Hay algo tan artificial en esos neo-arcaísmos. Nunca comprometen más que un estrato entre otros de las formaciones de subjetividad. Sabemos bien que los integristas andan de tragos y miran filmes pornos a escondidas. ¡Lo que no perdona nada! En suma, el microfascismo es siempre renaciente pero no forzosamente el macrofascismo.

La oposición molar pasa todavía y siempre por la constitución de máquinas de guerra social. Solo que, sería tiempo de pensar, en la materia, en algo distinto de las máquinas leninistas. Acabamos de ver nacer famosas máquinas molares en el tercer mundo, con el integrismo iraní y el nacionalismo iraquí. ¡Ha habido ocho años de guerra de los modelos, selección artificial y luego puesta a prueba! En la medida en que la sobrecodificación de las relaciones internacionales por el antagonismo Este-Oeste se ha debilitado, uno puede esperar ver nacer y proliferar toda una serie de máquinas molares. No hay más que ejemplos catastróficos: el PT, en Brasil, autoriza módicas esperanzas, ¡pero tú piensas que yo no tengo programa, ni modelo de referencia! Todo lo que puedo decir, es que me parece legítimo, inevitable que las revoluciones moleculares estén “redobladas” por máquinas a gran escala que actúen en el seno de las relaciones de fuerzas sociales las cuales, lejos de desaparecer, irán endureciéndose, aunque diferenciándose.

T. N. – Tú sostienes el derecho fundamental a la singularidad. Lo ilustras como un recentramiento de las finalidades de la división del trabajo y de las prácticas sociales emancipadoras, como ejercicio de una ética de la finitud. ¿Cómo puede un proceso de singularización devenir, a partir de allí, antagonista? O incluso, ¿cómo la resistencia de las singularidades oprimidas puede volverse eficaz? ¿Existe todavía un intolerable? ¿O es él mismo reabsorbido en el mecanismo de la pluralidad creciente de los mercados? ¿Existe la posibilidad de construir una idea filosófica del comunismo y de conectarla con el proceso de subjetivación? ¿Es todavía posible hacer todo eso sin caer en las trampas del positivismo, del dogmatismo o de la utopía?

F. G. – Tengo la impresión de que me estás pinchando para hacerme hablar. Sabes tan bien como yo que un proceso de singularización es una pura afirmación que ignora el antagonismo, la opresión o incluso simplemente la interacción. Aquí se trata justamente de salir de una buena vez de las metáforas dinámicas y energéticas. Un comunismo de la inmanencia reconducirá de manera constante el cursor sobre praxis-ético-políticas que sostengan sus propios universos de referencia. Más allá de los paradigmas cientificistas que han acosado al marxismo, al freudismo, al estructuralismo, etc. Todo un pensamiento de la trascendencia, todo un sentimentalismo de la eternidad han transformado el progresivismo en una inmensa fobia, una elusión sistemática de la finitud, de la inanidad última de la existencia magníficamente ilustrada por Samuel Beckett. En lugar de hacer de ella una enfermedad, hacer de ella una razón pragmática. Hay allí un salto estético que haría propio el salto religioso de Kierkegaard. ¿Por qué cambiar, por qué la revolución más bien que nada? ¡Porque tiene mejor pinta! Pero en el fondo, por nada, por un placer inmaterial, una palpitación imperceptible en la superficie de las cosas.

T. N. – Conozco tu pasión por el acontecimiento y tu pasión por la vida. Pero cuando filosofas, pareces querer apartarte de eso. ¿Cómo gestionas la esquizofrenia estructura-acontecimiento? ¿No tienes tendencia a anticipar siempre la estructura subyacente al acontecimiento, con el riesgo de no dejarlo hablar? ¿Tropiezan con esta pregunta en tu trabajo con Deleuze? ¿Cuál es tu teoría del acontecimiento? ¿Cómo imaginar hoy no el proceso, sino el acontecimiento revolucionario, no las condiciones de la revolución sino el poder constituyente?

F. G. – El acontecimiento es un don de Dios. Siempre tenemos la impresión de que no pasa nada, de que ya no pasará nada. Luego surgen los “acontecimientos del Golfo”. Incluso allí, yo pensé que en el fondo, no pasaría nada. La máquina mass-mediática planetaria alisa todas las asperezas, todas las singularidades. Ya no se encuentran zonas de misterio. La cuestión ahora es hacer acontecimiento con lo que se presenta. No como los periodistas que están obligados, suceda lo que suceda, a inventarse uno. Sino de forma más poética. Por tanto aquí se trata en efecto de un poder constituyente, de una producción ontológica sui generis. Hacer con la serialidad. Aunque más no fuera soñando con los militares americanos asándose en sus carros, con la angustia de los rehenes, con el júbilo de los jóvenes árabes, con el delirio sistemático de Saddam… Esas escenas, sin límites precisos, ¡para que al fin pase algo! En cuanto a la pregunta que planteas, relativa a la estructura, me gustaría descentrarla. Jamás pretendo describir un estado de hecho, un estado de la historia o de la subjetividad. Solamente busco precisar las condiciones de posibilidad de los diversos modos de descripción posibles. Para aprehender o para rodear las problemáticas de la enunciación colectiva, todo sistema de modelización –sea teórico, teológico, estético, delirante– se ve llevado a posicionar lo que llamo factores ontológicos (los flujos, los filums maquínicos, los territorios existenciales, los universos incorporales). Resulta así resuelta o asumida parcialmente la cuestión, para mí esencial, del pluralismo ontológico. Hay elección de constelaciones singulares de universos de referencia, encarnadas en territorios existenciales, ellos mismos marcados por una precariedad, una finitud que hacen bascular al Ser en una irreversibilidad creacionista. En estas condiciones, una ontología solo puede ser cartográfica, metamodelización de figuras transitorias de las conjunciones intensitarias. El acontecimiento reside en esta conjunción de una cartografía enunciadora y esta adquisición de ser precaria, cualitativa, intensiva. Esta relación de fundación recíproca entre lo que expresa y lo expresado, lo que da y lo dado, encuentra su expresión exacerbada en la creación estética considerada precisamente como poder constituyente ontológico.

Digamos que hay tres tiempos: el del estado inicial, el del retorno a cero, el de la reconquista de la procesualidad. El segundo tiempo no es dialéctico. Jamás se acaba con la finitud, con el no-sentido. Y sin embargo, es un tiempo rico, una recarga de complejidad mediante un baño caótico. Siempre el tiempo cero tiene reservadas sorpresas; a partir de puntos de singularidad, dejar que las líneas de posibles vuelvan a partir. El tercer tiempo sería el de los imaginarios, es decir de la reconquista de las ambigüedades. Cómo definir un comunismo, o simplemente un amor logrado, que escape completamente a las ilusiones de un deseo de eternidad. La potencia de vivir, la alegría spinozista solo escapa a la trascendencia, a la ley mortífera por su carácter de modalidad fragmentaria, polifónica, multirreferencial. Desde el momento en que una norma pretende unificar la pluralidad de las componentes éticas, la procesualidad creativa se esfuma. La única verdad última es la del caos como reserva absoluta de complejidad. Lo que ha constituido la fuerza y la pureza de las primeras moliendas de socialismo y de anarquismo, es precisamente el haber mantenido juntos, al menos de manera parcial, un imaginario comunista o libertario y un sentido agudo de la precariedad de los proyectos individuales y colectivos que los sostenían. A partir de allí, la finitud se ha vuelto desabrida, la subjetividad mass-mediatizada y colectivizada se ha infantilizado. La finitud del segundo tiempo de “conexión a tierra” no está dada de una vez y para siempre. Sin cesar, debe ser reconquistada, recreada en sus ritornelos y en su textura ontológica. La reconstrucción del comunismo pasa hoy por un ensanchamiento considerable de los modos de producción de subjetividad. De allí la temática de una confluencia entre la ecología medioambiental, la ecología social y la ecología mental a través de una ecosofía.

 

* Diálogo de Félix Guattari con Toni Negri (aparecido en la revista Futur antérieur, Nº 4, invierno 1990, en ocasión de la salida de Cartografías esquizoanalíticas) que forma parte de ¿Qué es la ecosofía?, de Félix Guattari. Textos presentados y agenciados por Stéphane Nadaud y editados por Cactus, Buenos Aires, julio 2015. Traducción: Pablo Ires.

Guerra, reproducción y luchas feministas

Por Silvia Federici

Es fundamental hablar hoy de la guerra porque se ha convertido en un elemento permanente de la política capitalista a nivel internacional. Que hoy haya guerras en gran parte del planeta no es un accidente: es parte fundamental del desarrollo capitalista, de la expansión de la relación capitalista en el mundo. Ya Marx había subrayado que en el capitalismo la violencia es una fuerza productiva. Entonces, esta productividad de la guerra se ha manifestado desde las primeras décadas del desarrollo de la sociedad capitalista, con el imperialismo, pero ahora sigue.

Me tomo aquí un momento sobre la última forma de guerras que hemos visto a partir de los años ochenta, en conjunción con la reestructuración de la economía global, cuando comienza una nueva época de economía capitalista, una época en la cual la guerra es un elemento permanente y fundamental. Es una época que empieza con la crisis de la deuda, que ha sido creada artificialmente y que ha afectado a gran parte de los países que salían del colonialismo, de la colonización. Con la crisis de la deuda han sido recolonizados, sobre todo a través de la política del Banco Mundial y del Fondo Monetario Internacional, cuya estructura en sí misma ha sido una guerra, porque prácticamente obligó a los gobiernos de los países endeudados a destruir y cortar toda la inversión en la reproducción social. Recortó la educación, la salud, los transportes públicos, los bienes de primeras necesidades, el empleo masivo, y sobre todo los ha obligado a cambiar la dirección de su economía. La economía no debe orientarse al bienestar de la población, sino a la exportación de todos los bienes primarios y materiales que un país podía tener.

Esto significó un gran empobrecimiento, un incremento de la mortalidad. Basta pensar en toda la epidemia generada por la falta de cuidados médicos, por la malnutrición, por la falta de tantos servicios. Este ajuste estructural desestructura el tejido social y crea la condición de la guerra en el sentido más clásico.

El ajuste estructural desestructura el tejido social y crea la condición de la guerra.

Se ha creado toda una economía predatoria. Hoy vemos un ejemplo con lo que pasa en Sudán. Es muy interesante ver que las guerras que hemos visto en África y en otros países en estos años tienen su origen en el ajuste estructural. El empobrecimiento ha permitido reclutar a muchos jóvenes al ejército. Lo que no han sido obligados a migrar, muchas veces no han tenido otra alternativa que la de integrarse a los ejércitos, mientras al mismo tiempo los jefes de los países luchaban entre sí para apropiarse de las riquezas de la tierra, de la fuente de la riqueza. Entonces hoy, como al principio del capitalismo, la guerra es un instrumento de acumulación muy importante. Es un instrumento de enriquecimiento y de cambio de política económica.

Aquí quiero recordar también la obra de los años 50 del economista austriaco Joseph Schumpeter, cuando hablaba de la destrucción creativa. En el ciclo económico de la sociedad capitalista hay momentos necesarios fundantes de destrucción creativa. Este es otro aspecto de la importancia de la guerra en el capitalismo tanto hoy como en el pasado: destrucción creativa significa que la guerra sirve para cortar todo aquello que ya no es necesario, las ramas secas de la economía capitalista. A su vez, esto prepara el terreno para imponer una derrota a la población y empujarla a una nueva forma de explotación. Prepara el terreno para un nuevo ciclo económico, para una nueva forma de desarrollo. Opera sobre el terreno físico y social creando nuevas subjetividades, destruyendo las relaciones de solidaridad y trabajo colectivo.

La guerra prepara el terreno para imponer una derrota a la población y empujarla a una nueva forma de explotación.

Entonces la guerra crea un mundo nuevo. Esto explica por qué la sociedad capitalista periódica, sistemática y estructuralmente crea estos grandes momentos de guerra, incluyendo la situación actual de guerra permanente.

Una lectura feminista de la guerra

Yo creo que las mujeres tenemos una posición privilegiada para hablar de esto, ya que tenemos una gran experiencia en la guerra contra nosotras. Las mujeres hablamos desde la perspectiva de la reproducción de la vida cotidiana, social, aquella reproducción que la guerra busca destruir. Entonces, a pesar de que los hombres son los sujetos de los ejércitos, las mujeres son quienes experimentan en su cuerpo, en su vida, en sus comunidades, los efectos más devastadores de la guerra: tener niños, estar embarazadas, ocuparse de los enfermos, de los ancianos. Es algo que no se puede conceptualizar: el horror de tener la responsabilidad de la reproducción de la vida en un momento en el cual todo lo que pasa cerca tuyo te destruye la vida. Por eso creo que es importante una lectura feminista de la guerra.

Yo empecé a hablar de guerra contra las mujeres leyendo la historia de la caza de brujas de hace tres siglos, de una violencia que era organizada para cambiar el estatuto de qué significa ser mujer en la sociedad capitalista. Claro que la guerra es uno de los instrumentos más potentes de la desvalorización del trabajo y de la vida de las mujeres. En efecto, la caza de brujas ha creado una ideología y una nueva legislación sobre lo que significa ser mujer. Por ejemplo, en el período final de la caza de brujas en Europa las mujeres no tenían personería legal: eran representadas en relación al Estado para los hombres, para el varón, para el padre.

Y esta guerra ha continuado fundando subjetividades, prácticas, condiciones sociales. Se siguió repitiendo con la institución de la pena capital, con la pena de muerte contra el adulterio, con las mujeres quemadas en Inglaterra en los siglos XVII y XVII, con la ilegalización del aborto. Hemos visto en los años cincuenta la lobotomía contra las mujeres que rechazaban el trabajo doméstico, la esterilización contra las mujeres negras, la gran campaña por el control de la población en las décadas del 70, 80 y 90, donde las mujeres han sido culpabilizadas de crear la pobreza en el mundo. Hay toda una ideología, una orquestación práctica también, con millones de médicos y enfermeras que han obligado a las mujeres a tomar anticonceptivos en nombre de cortar el crecimiento de la población a nivel mundial. Por todo esto es que podemos hablar de una guerra contra las mujeres.

Si yo miro la literatura feminista de los últimos 20 años, puedo ver que la temática de la guerra está siempre presente. Claudia Von Werlhof ha hablado siempre de la guerra contra las mujeres. María Mies, la feminista alemana que ha muerto recientemente, ha escrito libros fundamentales como Patriarcado y acumulación a escala mundial. Ella decía en uno de sus libros que el patriarcado en tiempo de paz es guerra contra la mujer. Porque el patriarcado desvaloriza a las mujeres y crea la condición para que sean dominadas, subyugadas. Es una guerra sin necesidad de armas, porque el arma es la violencia doméstica tolerada por los gobiernos.

La guerra contra las mujeres no necesita de armas, porque el arma es la violencia doméstica tolerada por los gobiernos.

Cuando hablamos de guerra no hablamos solamente de guerra física, con ejércitos, con armas, con bombas. Debemos pensar la concepción de guerra como una práctica cuyo fin es destruir la condición fundamental de la vida y destruir los sujetos que no se pueden adaptar, destruir las poblaciones enteras para instaurar una nueva forma de relación económica.

Como hemos escrito con la compañera Verónica (Gago), hoy la finanza es una guerra. El ajuste estructural es una guerra, la política extractivista es una guerra contra la naturaleza, contra las comunidades expulsadas de sus tierras ancestrales. Extractivismo y finanzas se conectan, porque una vez que un país es condenado al ajuste, debe abrir su puerta a la explotación, a la minería, a la estación petrolera, al agronegocio, a la deforestación.

Entonces, debemos pensar al concepto de guerra en una forma larga y apuntar la mirada hacia quiénes son los explotados. ¿Cuáles son los objetivos? ¿Cuáles son los efectos y consecuencias? Y, naturalmente, ¿cómo se puede resistir? ¿Cuáles son las formas más eficaces de resistencia a esta guerra?

Extractivismo y finanzas se conectan, porque una vez que un país es condenado al ajuste, debe abrir su puerta a la explotación.

En mi caso, como muchxs otrxs compañerxs, hablo de lo común. Común es crear formas colectivas de reproducción. El discurso del común no es solo ideológico. La solidaridad se debe construir creando condiciones materiales de producción en común de la vida cotidiana. Estas formas colectivas de reproducción son las que crean un tejido social capaz de resistir el avance de esta guerra. Es muy importante la creación de entramado comunitario.

Para mí es muy deprimente la entrada de las mujeres en los ejércitos. Aquí vemos como una parte del feminismo se ha integrado completamente al plan del capital, en el plan de la sociedad capitalista. Porque esta integración de las mujeres que se ha celebrado como la búsqueda de igualdad, en realidad es una derrota. El capitalismo ha creado una división del trabajo muy fuerte en la cual los hombres son los que van a matar, las mujeres son las que dan a la vida y la maternidad no se valoriza.

Por ejemplo, todas las actividades relacionadas a la guerra, la producción de armas, es considerada productiva, es algo que acumula capital. Las feministas han luchado porque el trabajo doméstico sea reconocido como el trabajo productivo, pero en el plan del capital no lo es. Entonces, esta división, la igualdad, no es que las mujeres deben entrar en el ejército, La igualdad es que los hombres dejen de ser quienes sirven al capital en su guerra. Deben dejar de ser soldados o guardiacárceles. ¿Dónde está el movimiento laboral? ¿Por qué el movimiento laboral sigue produciendo cosas que destruye la vida? La revolución empieza en decir No.

En realidad lo que se pasa es que muchas mujeres han sido asesinadas y violadas por sus compañeros en el ejército, por los oficiales. ¿Por qué? Porque en el ejército te deben deshumanizar para acostumbrarte a matar a otros. Deben destruir tu humanidad.

Es un trabajo educativo que debemos hacer: educar contra cualquier forma de la guerra y entender su dimensión financiera.

El escritor africano Chinua Achebe en su libro Things Fall Apart habla de la llegada de los colonialistas en Nigeria en el siglo XIX. Él dice the center cannot hold (el centro no puede aguantar). El centro de estas sociedades, después del arribo de los colonialismos, se destruye. La sociedad se fragmenta, no hay un centro donde la gente pueda reconocerse. Esto pasó también en Libia, Afganistán, Siria, Sudán. Esto se hace con la guerra y con las finanzas. Hoy en Ucrania las finanzas tienen una presencia poderosa privatizando tierras.  Al fin de la guerra el desastre no será solo por las bombas, sino también por las medidas financieras impuestas.

Hoy no se puede pensar en una política anticapitalista sin pensar en una política contra la guerra. Y no tenemos un movimiento a nivel internacional contra la guerra, necesitamos construirlo. Creo que los movimientos feministas ya han empezado a construir este movimiento. Un movimiento de construcción, que cambie las relaciones sociales, que pase de la resistencia a la re-existencia, como proponen los movimientos feministas de Abya Yala.

Este texto es parte de la clase de Silvia Federici en el marco del Diploma Superior “Mapa de guerras. El catálogo editorial como producción de conocimiento político-militante” (Clacso y Tinta Limón).

Ilustración: Diego Maxi Posadas.

Fuente Tinta Limón Blog

Jorge Eliecer Gaitán: “Somos una rebeldía contra la ignominia”

Compartimos a continuación, algunos fragmentos de uno de los discursos más conocidos del dirigente político Jorge Eliecer Gaitán, representante de una corriente nacionalista y popular del liberalismo colombiano. Gaitán era conocido por su cercanía juvenil al líder, militar e intelectual Rafael Uribe Uribe, y por su posicionamiento anti oligárquico y democrático radical.

Un creciente respaldo social que lo proyectaba como el próximo presidente de la república, le valió un oscuro destino: su asesinato el 9 de abril de 1948. Gaitán perteneció a la tradición de liberales y socialistas que a fines del siglo XIX y principios del siglo XX, hicieron de la realización de las ideas de la revolución francesa, una bandera política que se contraponía tanto al liberalismo librecambista que afectaba al artesanado, como al conservadurismo que llevaba el lastre del colonialismo. La interpretación de las ideas y aspiraciones populares antes que burguesas de esta revolución, le llevaron a oponerse al capitalismo monopolista y a su espíritu de competencia que arrasaba con los artesanos [zapateros, sastres, tipógrafos, etc.], y a las formas de contratación que pasaban por encima del pago de salarios justos para las y los trabajadores. Sobre esta revolución diría:

“¿Acaso la Revolución Liberal democrática del 89 corresponde, después de los siglos que lleva, al noble y grande ideal que la guió, que la impulsó? ¿Acaso el pensamiento de sus filósofos, el grito de sus tribunos, la sangre vertida por sus descamisados, le dieron a la humanidad la igualdad, la libertad y la justicia que la iluminaron?. Aún vivimos sin la igualdad, en mucho vivimos sin libertad, y vivimos bajo el dominio de la injusticia”.

Por este motivo, defendió un modelo económico cuya productividad estuviera afincada en el pequeño y mediano propietario antes que en la empresa monopolista; así como en salarios que permitieran un mayor poder adquisitivo de los sectores trabajadores, dando paso a una demanda cualificada que dinamizara una oferta nacional sólida, con un aporte equilibrado de impuestos, en función de las ganancias, en la misma línea de lo propuesto por Rafael Uribe Uribe.

De este manejo económico, con una democratización de la tierra frente a su acumulación sostenida por una élite rural, sumado al incentivo de un industria nacional, consideraba que Colombia quedaría con los recursos suficientes para que el Estado cubriera la salud y la educación de la población, siempre reivindicando el trabajo y el esfuerzo como valores y prácticas necesarias para el progreso del país.

En la plataforma del Colón, en la que están consignadas estas y otras propuestas referidas a la igualdad de derechos y oportunidades para mujeres y hombres, así como para comunidades étnicas en función de sus «costumbres», diría: “La producción es para el hombre y no el hombre para la producción”.

Reproducimos, entonces, algunos de los fragmentos del discurso de Gaitán.


En Colombia hay dos países: el país político y el país nacional

Teatro Municipal – Abril 20 de 1946

Acompañadme a sacar una conclusión, una conclusión patente y clara: el pueblo, meditando en sus problemas económicos, en sus problemas sociales, en la educación de sus hijos, en el enriquecimiento de la agricultura, en la bondad de sus campos, (…) en la defensa del hombre y la grandeza de Colombia, que se asientan sobre la salud, la inteligencia y la capacidad del colombiano. Ese es vuestro sentimiento, el sentimiento de todo el pueblo que me escucha ahora. Esa es su preocupación constante y trascendental.

Y en parangón desesperante, hay otro grupo que no piensa en esas soluciones, que no se diferencia por esas cuestiones, que no pugna por esos motivos, que tiene como razón vital de su actividad, de su pasión, de su energía, los votos más o los votos menos; la firma de fulano o el escamoteo de la de zutano; la habilidad salvadora de un fraude, la promesa de una embajada, el halago del contrato. En una palabra: ¡él sólo y simple juego de la mecánica política que todo lo acapara! Por eso me siento autorizado para sacar otra conclusión:

En Colombia hay dos países: el país político, que piensa en sus empleos, en su mecánica y en su poder y el país nacional que piensa en su trabajo, en su salud, en su cultura, desatendidos por el país político. El país político tiene rutas distintas a las del país nacional. ¡Tremendo drama en la historia de un pueblo!

(…) Debo ahora preguntar ante vosotros: ¿cómo es posible que estos hombres [del país político] cambien tan fácilmente de opiniones? ¿Por qué este comercio de firmas alrededor de la Presidencia de la República? Por una razón terriblemente sencilla: es que el hombre no puede incendiarse sino por grandes ideales; no puede sentir pasión sino por las cosas que tengan perspectiva histórica; es que el hombre no se aferra con empeño sino a sus ideas, sus amores, su hogar, su pedazo de tierra; a sus tumbas y sus escuelas, a aquello que le da razón a su vida. Pero toda esa mecánica política no tiene raigambres tales en la vida nacional. Es una pequeña cosa con atributos momentáneos, con simples derivaciones instantáneas. No tiene odios, porque apenas conoce la degeneración del odio, que es la antipatía. No tiene amores, porque apenas conoce la degeneración del amor, que es el capricho. Le falta iluminación, porque su lucha es por lo inmediato y efímero. Su trinchera no mira hacia el mañana sino hacia la minúscula escudilla del instante. ¡Por eso cambia de votos, pareceres y opiniones!

(…) Cuando en un país la política llega a extremos tales, de espaldas a los intereses de la nacionalidad, podemos afirmar sin vacilaciones que se ha implantado el régimen oligárquico. Porque no creáis, como algunos sofistas han querido hacerlo pensar, que la oligarquía es solamente el dominio de la plutocracia. ¡No! Esa es la oligarquía plutocrática. Ni que oligarquía es únicamente el dominio de la aristocracia. ¡No! Esa es la oligarquía aristocrática. Oligarquía es la concentración del poder total en un pequeño grupo que labora para sus propios intereses, a espaldas del resto de la comunidad. (…)

Y entre nosotros tiene su división en tres estructuras.

La primera, a cuya cabeza están los dirigentes que, a su turno, se bifurcan en unos que no quieren sino el dominio, el IMPERIUM, en el sentido romano de la palabra; que su voz sea la voz del amo, sin la cual no se puede mover ninguna de las actividades colombianas. Y otros que aspiran a que todas las riquezas, la especulación, los contratos, los negocios, sean para la camarilla afortunada.

Viene enseguida la segunda, o sea la estructura intermedia, la que sirve de lazo de comunicación. Se cotiza especialmente entre los hombres de inteligencia que tengan almas de secretario[5]. Ellos hablan, mas no por su propio albedrío sino atendiendo al soplo director de los de arriba. Son como las bridas de los caballos, que sirven para dirigir pero siempre que otros las manejen. Estos odian a sus compañeros independientes, sienten la necesidad de abominar de los hombres de su propia generación que recorren su brecha personal y cuya presencia constituye para ellos un permanente reproche, erguido contra su incapacidad para la lucha. Saben que no han logrado por sí mismos la aptitud de vivir para su pueblo; saben que periclitando los amos su posición es secundaria y por eso lo reducen todo a rendir pleitesía a quienes los dirigen.

Y la tercera estructura. Esa es moral e intelectualmente minúscula, pero muy útil en este proceso de formación. Ya tenemos el cerebro y tenemos la voz que prefabrica el ambiente según las órdenes recibidas. Pero se necesitan los tentáculos, los brazos que penetren a todos los lugares, que vayan desde el ambiente municipal al barrio, a la asamblea, al comité; que atiendan al tinglado electoral para beneficio del país político. A estos se les acaricia con las únicas cosas con que es posible acariciarlos: con las granjerías.

No se habrán sentado en los bancos de la universidad; ni descollado en la agricultura, en la ciencia, en la técnica, pero serán senadores o representantes o diputados, o mimados con las mejores canonjías. El criterio para medirlos no será su capacidad sino su habilidad electoral. Y desplazarán al médico, ahuyentará al ingeniero, sustituirán al universitario.

(…) El país político o la oligarquía, que es la misma cosa, selecciona a los hombres, los infla, los llena de importancia aun cuando no la tengan. De ahí los internacionalistas que jamás han abierto un tratado de derecho internacional; los constitucionalistas que jamás en su vida han sabido lo que es el derecho constitucional; los miembros de comisiones parlamentarias que deciden sobre códigos penales y no han asistido jamás a las aulas universitarios. ¿Por qué se irrespeta así a un país tradicionalmente respetuoso del culto a las jerarquías de la inteligencia? Hemos llegado al sistema según el cual la única norma de victoria es el sometimiento a la oligarquía o país político, que otorga los títulos, califica la inteligencia y el conocimiento e ignora o destruye al resto del país, que no tendrá categoría sino le ha sido bondadosamente dispensada por los de la propaganda.

(…)  La oligarquía piensa en función de mecánica electoral. Nosotros pensamos en función de agricultura, de sanidad, de trabajo, de organización, de dignidad humana. El pueblo colombiano desea que el hombre no pueda escalar la cima de la victoria sino por el trabajo, por el esfuerzo y por la voluntad.

¿Cuál es, señores, el porvenir de nuestros hijos, de prolongarse este ambiente en que nos debatimos? ¿Estáis seguros de que triunfarán por el estudio, por el mérito, por la capacidad, por el esfuerzo? ¡No! Si nuestros hijos quieren triunfar, dentro de esta situación, tendrán que transitar por bajos caminos, por los que no queremos para ellos. No triunfarán por trabajadores, por consagrados, por técnicos, agricultores o ingenieros conocedores del ramo, ni por desvelados en el estudio, sino porque sean viles o abyectos con el cacique o con la situación creada.

Nuestra campaña es campaña colombiana, que quiere restaurar la grandeza que nutrió su historia, para demostrar que aún somos una raza fuerte, altanera y batalladora. Por eso nos miran con el desdén con que fingen mirarnos. La oligarquía, el país político, no comprende que pueda ser candidato a la presidencia de la república uno de vosotros, los del país nacional, sin el previo permiso o asentimiento de ellos, aun cuando lo sea en nombre de la república y por autoridad del pueblo. No pueden ni quieren entender que la presidencia de Colombia pueda ser ocupada por gente distinta del oligarca en persona, del secretario, o de aquel que sincera o insinceramente se le someta. El pueblo colombiano, en cambio, piensa que esa dignidad no debe ser ocupada en lo sucesivo, ni por el oligarca, ni por el secretario, ni por el sometido.

Y no creáis que cometen una equivocación cuando sienten ese desprecio por estas inmensas multitudes. Ellos tienen su técnica, que es la misma técnica de los micrófonos del doctor Goebbels: adulterar, engañar, para crear la opinión Y por eso no os extrañéis de su comportamiento despectivo. En realidad para ellos nada valéis los hombres de Colombia que unís vuestro fervor al mío. Sois las fuentes del trabajo y de la riqueza, pero no pertenecéis al país político y por consiguiente no tenéis personería política. Y por eso tampoco os extrañe que afirmen que este movimiento no tiene dirigentes. Sí los tiene, pero entre los hombres de trabajo y de independencia, que por ello carecen de nombre en el país político u oligarquía. Y ello es natural, porque somos una rebeldía contra la ignominia.

(…) Para concluir, porque ya es la hora, tengo que expresar: no hemos hablado esta noche sino del criterio; de que tenemos distinto criterio al del país político. Y es en este sentido que estamos enfrentados con él.

Pertenecemos al país nacional que va a combatir contra el país político. Se emplearán contra nuestro movimiento todos los medios: la calumnia, el desconocimiento del problema, la propaganda falaz. Nada de eso ha de arredrarnos. Vamos a ganar la batalla. Ellos se creen las únicas gentes importantes, y por eso al pueblo que me escucha y me sigue lo toman por gente ignara y sin prestigio. No invitamos a que se queden con nosotros los débiles de voluntad, los que tienen miedo a la mecánica organizada, los que sólo adhieren a la lucha que tiene ya asegurada la victoria. Esos son frágiles y ésta es una lucha fuerte para gente fuerte. ¿Que no tenemos máquina política y que su máquina nos puede aplastar? ¡Pues nosotros aplastaremos a la máquina! ¿Se piensa que el fraude, a la manera del que se suele cometer, va a dar la victoria a nuestros adversarios? Pues tenemos que declarar que el fraude y la coacción son un delito y que contra el delito sólo hay una cosa que no es ni puede ser permitida: ¡someterse al delito!

(…) Pero una nación no se salva con simple verbalismo, con jugadas habilidosas, ni con silencios calculados, sino con obras, con realidades, con el otro aspecto de nuestro criterio, que es el de tener como objetivo máximo de la actividad del Estado al hombre colombiano, cómo va su salud, cómo su educación, cómo su agricultura, cómo su comercio, cómo van su industria, sus transportes y su sanidad. Eso es lo que queremos. Lo demás, las consejas mentirosas, el mutuo robo de las firmas, esos odios que acaban en abrazos falsos, todo eso nos causa risa o nos causa indignación, ¡porque la patria es lo primero en nuestra mente, en nuestro corazón, en nuestra vida!

(…) Para el país político la política es mecánica, es juego, es ganancia de elecciones, es saber a quién se nombra ministro y no qué va a hacer el ministro. Es plutocracia, contratos, burocracia, papeleo lento, tranquilo, usufructo de curules y el puesto público concebido como una granjería y no como un lugar de trabajo para contribuir a la grandeza nacional.

(…) Nuestro movimiento es lucha de hombres que quieren redimirse y tienen fuerza para ello. Porque nos sentimos capaces para esa lucha; porque no tenemos odios; porque respetamos personalmente a nuestros adversarios y a los que no piensan con nosotros, estamos y queremos estar en esta batalla de perfil nacional.

PUEBLO:
Por la restauración moral de Colombia ¡A la carga!

PUEBLO:
Por la democracia ¡A la carga!

PUEBLO:

Por la victoria ¡A la Carga!