Elecciones 2018 en Brasil: la urgencia de una nueva protección social

Entrevista a Giuseppe Cocco por Ricardo Machado, Patricia Fachin e João Vitor Santos del IHU-On-Line 

¿Que es lo que significa la estrategia del PT de aislar a Ciro Gomes del punto de vista político y de la izquierda?

Creo que ese punto de vista de la “izquierda” no existe más y, por lo tanto, eso no significa absolutamente nada nuevo, a no ser la confirmación de lo mismo: la izquierda es el PT y el PT es Lula y Lula es puro cinismo, acción en favor propio, corrupción e irresponsabilidad política en relacion al país y sobretodo con los más pobres. El gran legado del PT es haber destruido a la izquierda brasileña.

Lo que el PT quiere es un balottagge con Bolsonaro y lo que Bolsonaro quiere al PT. Esto quedo claro ya en las elecciones de 2014. El PT y Lula son, lo dije hace mucho tiempo, un problema sin tamaño para Brasil y la mayor amenaza a cualquier práctica reformista y a la propia noción de izquierda. La corrupción constitutiva del PT no es solo una cuestion de dinero y moral, es incluso una corrupción política: el Lulo-petiso disuelve cualquier tipo de pauta reformista, solo discute el “derecho de robar ningún otro”, y si el Triplex es o no es de alguien.

Ciro recibe la moneda que buscaba. Antes de este episodio del PSB, el participo del tradicional “leilão” del llamado “centrão” y quedo rendido ante la oferta que Alckmin consiguió hacer. Que sectores de izquierda “ahora” se indignen, también no significa absolutamente nada. No solo porque todo esto viene desde la década de 1990 (recuerden la negociación con Garotinho en Rio de Janeiro contra Vladimir Palmeiras), sino porque ellos contribuirían –después de 2013 y sobretodo apoyando el robo electoral de 2014- la resilencia del Lulo-petismo que ahora los coloca en sus debidos lugares y papeles de padrinos electorales del PT. La izquierda que se dice no-petista-pero-apoya-al-PT y como una banda de Walking Dead que anda en procura de fantasmáticas e imposibles unidades o refundaciones. Quien aposto a la falsa polarización, en el PT, en la defensa de lo indefendible, en la lucha por el expolio del PT y del voto-populista que Lula carga no solo se equivocó, sino que quiso ser rehén de ese aparato mistificador que es el Lulo-petismo. No hay especulación más escuálida de la clase media carioca –limpia y pura- movilizándose para ir de la plaza San Salvador hasta los arcos de Lapa a escuchar a los músicos que dejaron de pensar, en el corazón del Rio de Janeiro arruinado por la coalición mafiosa del PT y del PMDB, para vociferar “Lula Libre”

La ruptura con esa inercia es una cuestión, incluso, de sobrevida y va a acabar aconteciendo. La cuestión que cuenta es cómo esa ruptura va a suceder: por la quiebra del país como en Venezuela? ¿Por la victoria de la extrema derecha? ¿O por la victoria de un candidato moderado capaz de proporcionar una fase de transición democrática? Nadie sabe.

Aquí es necesario tener claridad: la izquierda y hasta la socialdemocracia no tiene más nada que ofrecer a lo que hay de positivo en esa demanda por la ruptura, o sea la procura por una nueva protección social, por un nuevo pacto social, eso que nosotros vimos en Junio de 2013, en las multitudes de 2015 y 2016 y después en la huelga salvaje de los camioneros. Esa demanda tiene otra cara, terrible, que es la guerra de facciones que se disputan los mercados gigantescos de la economia criminal, mucho más allá del narcotráfico.

Sin esa propuesta de una nueva protección, la ruptura que acontecerá será por el voto protesta como se anuncia el voto Bolsonaro (y la popularidad de Lula), como fue con Trump, el Brexit y Salvini: la protección va a ser por encima de los más vulnerables (los refugiados, los más pobres) y del desmantelamiento de la globalización por medio de la multiplicación de guerras comerciales que sólo confirman y amplifican a una guerra de otro tipo que ya está sucediendo.

Precisamos una nueva protección social que sepa responder al hecho de que el trabajo y el empleo en el capitalismo contemporáneo no coinciden más (como ese fenómeno que es UBER con São Paulo y Rio, que ya son la segunda y tercera ciudades más importantes para ese capitalismo de plataforma, un capitalismo sin capital). Y eso sin contar con la onda anunciada de destrucción masiva de empleos de todos los tipos, inclusive en los servicios cualificados, anunciada por la automatización basada en la Inteligencia Artificial. Solo una renta de ciudadanía es capaz de hacer de la flexibilidad, de las plataformas, de la informalidad momentos de movilización productiva para la paz. La necesaria reforma de la previsión tiene que ser la oportunidad para un nuevo pacto: la necesaria estabilidad macroeconómica debe ser una de las piernas el pacto y no la única. Implementar –aunque de manera progresiva- la renta de ciudadanía es la otra pierna necesaria para romper también la trampa de la “renta media”, de la violencia generalizada de las periferias y en las metrópolis como un todo: lo que se gasta en seguridad debe ser destinado a esa renta y la reforma tributaria tiene que –eliminando todos los subsidios no esenciales- crear un fondo que redistribuya parte de la renta financiera y de la renta de la automatización en Renta de Ciudadanía.

Por otra parte, cual es el significado de la alianza el PSDB y el Centrão?

Un significado bastante simple: muestra que Alckmin, a pesar de poder presentar una gestión del Estado de São Paulo más digna que la del PT y PMDB han hecho en otros lugares, no es ninguna alternativa, no es ninguna alternativa, sino la reproducción de la misma coalición corrupta liderada por PT y PMDB. La campaña electoral de Alckmin se organiza en torno a una subasta: la de la reproducción del mecanismo básico de la corrupción sistémica contra la que se levantó la multitud en Junio de 2013, y que dio nacimiento a la operación Lava Jato.

Alckmin y el PSDB hacen lo mismo que Lula y el PT: es “más de lo mismo”, una tabla de salvación para el centrão corrupto. Una vez más, la única alternativa real, de ruptura hacia una verdadera transición democrática, fuera de la republica nueva, está en las manos de quien rechaza esas alianzas espurias.

¿Cómo evalúa el comunicado de Capes que la previsión presupuestaria de 2019 asegura recursos sólo hasta agosto de 2019? ¿Qué relaciones son posibles de establecerse de este anuncio con los recortes que se vienen haciendo desde el 2015? ¿Cuáles son los impactos de este anuncio teniendo en cuenta la PEC 95?

Respondo al mismo tiempo porque es la misma cuestión. Las Bolsas tienen que aumentar y no disminuir, pero eso no puede acontecer hasta que una dinámica de “confianza” no aparezca en el horizonte. En primer lugar esa situación tremenda es herencia del PT, así como el gobierno de Temer. La situación es muy grave. No estamos ante “recortes” desde 2015, si de la falta de “recursos” y, por tanto, de las elecciones que esa falta de recursos y la perspectiva de que ella se agrave imponen. Es decir, la situación es mucho peor que aquella en la que estarían ocurriendo algunos “recortes”. Lo que sucede desde 2015 no son “recortes”, sino las consecuencias nefastas del intento neo-desarrollista de Dilma: vean a Rio de Janeiro, estamos teniendo que pagar las deudas de los estadios, villas olímpicas, arco metropolitano, puerto maravilla, teleféricos, BRT’s, de los billones enterrados en el Polo Petroquímico de Itaboraí, del asalto a Petrobras… sin olvidar los cientos de millones gastados para las UPPs y que resultaron en la guerra generalizada de facciones, etc. etc., nada de eso funciona, nada de eso mejora la calidad de vida, pero tenemos que pagar con un dinero que no tenemos: no tenemos dinero no sólo porque fue despilfarrado, sino porque despilfarraron las condiciones socio-institucionales para crearlo.

Esa es la herencia de Lula y el PT.

La reelección de Dilma fue una tragedia sin tamaño para el país, y la forma de eso fue el “ajuste desajustado” que ella implemento al día siguiente del segundo mandato (y determino su impeachment): tuvimos todas las consecuencias negativas, (recortes, etc.) sin siquiera aquellos efectos “positivos” (vuelta de la confianza) que los ajustes procuran. Como el chavismo quebró a Venezuela y millones de venezolanos se mueren de hambre, falta de remedios, violencia civil… y otros millones emigrando, el PT y el PMDB juntos al “centrão”, asaltaron el país, quebraron la economia brasileña y continúan queriendo gobernarnos. El resultado aun no es aquel de Venezuela, porque el Brasil tiene una economia diversificada, sino porque también el PT y el PMDB no consiguieron confirmar el golpe que dieron en 2014 y tuvieron que hacer el “impeachment” para sobrevivir. Dilma fue el chivo expiatorio que Lula y Temer sacrificaron a los dioses de la “opinión” para organizar su resilencia: Ciro, por un lado, el izquierdismo por el otro, ayudaron en esa operación mistificadora.

Pero esa situación es dramática y el resultado electoral es fundamental para que una ruta de salida sea dibujada. Narrativas falsas significan dinero falso.

El dinero nos falta hoy porque la moneda de Lula y Temer es falsa y solo la reconstrucción de la confianza puede sacarnos de este agujero sin fondo. Corremos el riesgo de caer del fondo del pozo hacia un pozo sin fondo: la moneda que Lula y el sistema del “centrão” ofrecen es tan explícitamente falsa que hasta un candidato tosco y totalmente sin preparación parece estar diciendo alguna verdad.

Esta demanda por confianza hoy se presenta como pánico, incertidumbre radical, crisis y guerra. El desafío es trabajar en la construcción de una confianza potente, alimentada por una nueva plataforma democrática: para esa perspectiva urgente, el tema de la nueva protección social es estratégico, la propuesta política capaz de desplazar el debate.

(Publicado en http://www.ihu.unisinos.br/581496-o-jogo-da-politica-nas-eleicoes-presidenciais-e-as-tensoes-entre-a-habilidade-e-o-risco-algumas-analises)

Traducción para Uninomade.net: Santiago de Arcos-Halyburton.

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