Giuseppe Cocco
Prácticamente en el mismo momento en que un negro que conducía su automóvil fue acribillado con 80 tiros disparados por los soldados que están en la calles en base a leyes y medidas tomadas por los gobiernos del PT y del PMBD y por la demagogia miliciana del nuevo gobierno, la segunda sala del Supremo Tribunal Federal liberó al ex presidente del Banco do Brasil (gobierno de Dilma), ya condenado a 11 años.
Mientras tanto, la ciclovía construida por Eduardo Paes se derrumbó por 4ta vez en 3 años.
El enigma de la política e del Brasil es ese mismo.
Por un lado, la guerra-que-no-es-guerra continúa en su rutina racista de masacrar a los pobres y a los negros.
Por el otro, los gritos “garantistas” solamente funcionan con los cuellos blancos que, por primera vez con Lava Jato, tuvieron que responder a la justicia por la apropiación privada del bien público.
La izquierda dice que lamenta el asesinato del músico en Guadalupe, pero esa rutina nunca se detuvo durante su gobierno federal y ni en sus gobiernos estatales (solo hay que recordar Cabula en Salvador, cuando el gobernador petista dijo que el soldado que dispara es como un futbolista que grita gol). En verdad, por tener a su líder preso en Curitiba y todo el mecanismo del PT metido en las más vergonzosas operaciones de corrupción, lo que la izquierda celebra es la decisión “garantista” del STF que favorece siempre a los mismos. El garantismo en Brasil es de los ricos, demagogia con las periferias de los pobres y solidaridad con los dictadores de izquierda (Maduro).
La extrema derecha, que recibió su triunfo electoral en bandeja por causa de esa postura absurda de la izquierda, finge estar del lado de la represión, de la corrupción, pero en realidad, organiza y amplifica la represión y la violencia sobre los mismos de siempre, negros, quilombolas[1] e indios.
Mientras tanto, la ciclovía de Paes y de las Olimpiadas no para de derrumbarse: si Crivella abandonó la ciudad al “Dios proveerá”, que decir de las obras de la Copa y de las Olimpiadas que deberían haber reparado la relación siempre problemática con las lluvias y su caudal de aguas que tiene Rio? Nadie habla de esas inversiones que por lo visto alimentaron las cajas 2 y 3 y 4 de los que ocupaban el poder…
El enigma de este disforme que es Rio (y el Brasil), solo vamos a conseguir enfrentarlo si lo vemos como es y volvemos a hacer política de modo realmente independiente, sin voto crítico, sin demagogia, sin postura moral, hablando la verdad. Parece imposible, como parecía imposible que aconteciese lo que aconteció en Junio de 2013.
Pero un día lloverá de nuevo, sí!!
Traducción del portugués: Santiago De Arcos-Halyburton
[1] Quilombola ó cimarrón son los esclavos rebeldes, fugitivos, que vivían en libertad en las selvas o en rincones apartados formando “quilombos”.